"Este país es enorme. Damos muchas pataletas porque nos tenemos que conformar y dejar muchas cosas sin visitar", aseguran Cati Capellà y Eusebi Colomer, los dos ciclistas porrerencs que el pasado mes de marzo reanudaron la vuelta al mundo en bicicleta, iniciada en noviembre de 2007.

En la segunda parte de su crónica desde Estados Unidos manifiestan que el frío es muy notable en la zona del sur de Utah. Actualmente se dirigen al norte por la 89, en dirección a Salt Lake City y Yellowstone, "donde el frío resulta más intenso aún".

Entre la infinidad de experiencias vividas en este macro país, Capellà y Colomer cuentan después de llegar a Big Bear Lake, un lugar frío y montañoso curiosamente pegado al desierto, que compartieron unos días con Paul, Karen y Jordan, unos excelentes alpinistas y competidores en raids. Desde allí, se trasladaron hasta Lucern Valley y realizaron una breve explicación a los alumnos de su escuela. "Estos niños se esforzaron en entender nuestro inglés, nos acribillaron a preguntas y después nos pidieron autógrafos".

Atravesaron el desierto de Mojave, desde Lucern Valley hasta Barkey, pasando por Barstow, donde coincidieron con Don, otro ciclista que también se dirigía al Gran Cañón.

"Pudimos comprobar que en esta vida todo es relativo", expresan al comparar los desiertos conocidos hasta la fecha: "El de Mograve nos hubiese parecido duro; pero, después de Baja California o Atacama cruzados en verano, los 44 grados en invierno no resultaron difíciles en esta ocasión".

La marcha en bicicleta continuó luego tal como una película de cine, aunque en vivo. Los dos mallorquines narran que llegaron hasta Shoshone, "un auténtico pueblecito del far west, que es una de las entradas del impresionante Death Valley, un lugar famoso por sus paisajes áridos y por estar situado debajo del nivel del mar".

Las Vegas

De ahí a Las Vegas donde todo fueron sorpresas. La primera de ellas fue la llegada, puesto que tuvieron que atravesar Spring Mountain y allí sufrieron el primer remojón. "¡Llovió, granizó y cayeron algunos copos de nieve. Esto en pleno desierto. Quién nos lo iba a decir!", exclaman. Luego añaden: "Todo ello acompañado de un fuerte viento que nos hacía tambalear continuamente".

Posteriormente entraron por la Strip, la más famosa calle de las Vegas. Pedalearon por la vía admirando el curioso universo de arquitectura extravagante, de guerra de carteles y de anuncios para captar la atención como si de un concurso se tratase: "Por unos momentos éramos parte de ese show, puesto que llamábamos la atención de los numerosos turistas".

Cati y Eusebi confiesan que en las Vegas la suerte y la casualidad les facilitaron una estancia gratuita en un hotel casino. "¡Quién lo iba a decir!", repiten de nuevo.

Recorrieron incontables casinos, "cada cual más impresionante, pero no caímos en la trampa del juego, en la que ya hay demasiados adeptos. Realmente es otro mundo, salido de la mafia y de famosos personajes como Frank Sinatra, donde casi todos los pecados son posibles", afirman.

El vecino Lake Mead, que recoge parte de las aguas del río Colorado, fue su nueva cita ciclista. Lo bordearon durante dos días, a pesar de una fuerte ventisca que les incomodó bastante.

Forrest Gump

Los dos aventureros porrerencs comentan, en su nueva etapa ciclista de Rodant pel món, que todo este recorrido anterior lo hicieron basados en las recomendaciones recibidas que les sugerían visitar la parte norte del Gran Cañón antes que la turística sur. No obstante, confiesan que la cosa no fue tan fácil; pero, gracias a ello pudieron conocer y admirar el Zion National Park, escenario de películas como Forrest Gump y Misión Imposible.

Señalan que la zona sur de Utah es muy conocida a través de numerosas películas del Oeste, tan notables como Maverik, Buffalo Bill y las clásicas de John Wayne. "Resultan espectaculares sus acantilados salidos de la nada o sus terrenos quebrados en medio de valles llanos. El color rojizo de sus paredes hace que los amaneceres o atardeceres parezcan mas cálidos", exponen imbuidos en los recuerdos y experiencias recientes contrastados con "los conocimientos previos", como diría un pedagogo del aprendizaje significativo.

La pareja ciclista señala que la carretera 67, el principal acceso por la zona norte del Gran Cañón, está cerrada por nieve hasta finales de mayo. La única opción que tuvieron los dos mallorquines para visitarlo en esta zona -y no volver tres o cuatro días atrás en el recorrido- era una pista de 60 millas. La tomamos y ¡qué suerte!; pudimos estar ahí arriba, en los mismísimos acantilados del esperado Gran Cañón".

En aquellos momentos las emociones fluyeron de nuevo hacia sus cuerpos: "Allí uno tiene miedo, pues el vacío se halla a sólo un metro de tus pies. Ello da más sensación de grandeza. Nacían las primeras horas del día y nadie mas había en los alrededores. Era plena grandeza de la Naturaleza".

En el último párrafo de su crónica señalan que les llamó la atención las gigantescas autocaravanas que circulan por Estados Unidos. La mayoría pertenecen a personas mayores que, después de jubilarse, han vendido sus casas y se desplazan en estas verdaderas casas rodantes que pueden alcanzar hasta 14 metros de largo. De hecho, es una muy buena opción para conocer bien este inmenso país. "Es curioso compararse con ellos; parecemos David y Goliat", afirman.