No les gusta el etiquetaje musical, poco eficiente para resumir su heterogéneo "rock de combate". Tampoco las letras obvias, de esas que recurren al cliché para la evidente crítica social. Los cuatro de Musnok, que tras un lustro de bolo acaban de autoeditarse su primer largo -Autoconsumible- son más poetas malditos que hardcoretas. Más sutiles que insolentes. Más labriegos que ´modernillos´.

Las doce canciones con las que debutan en cedé son un coherente compendio de las "sonoridades más potentes del rock actual", siempre abiertas al jazz, el funky y el blues. En ellas reflexionan y enjuician libertarios, aunque los manidos eslóganes contestatarios quedan prohibidos. No quieren "dar masticadas" las ideas, confirmaba ayer en la sede de la OCB Marcel Pich, guitarra, kazoo y voz. Tampoco "hacer bandera" del catalán, el idioma sobre el que versan, el mismo en el que piensan.

Autoencorsetados -con cierta ironía- dentro del estilo musical que han decidido apodar como sobrassada hardcore, en Musnok apuestan por "liberar" su música, consecuentes con su filosofía de detracción al mal globalizado estado del bienestar. Así, "pioneros" en la isla, han decidido abonarse al copy left, a la licencia Creative Commons, un vehículo para compartir y permitir la reproducción de sus canciones.

Miquel Marquet (batería), Enric Hernaiz (bajo y voces) y Lluis Cabot (guitarra y voces) completan un cuarteto que hace dos años se renovó para quedarse definitivo. "Un salto cualitativo", aseveró Pich, que han venido demostrando en la cincuentena de bolos que desde entonces han suscrito; un previo escaparate de buena parte de los temas que se pueden escuchar en su Autoconsumible.

Músicos amigos como Joan Tomàs Martínez (de Matràs); Toni Marquet; Francesc Ribera ´Titot´ (ex Brams, Mesclat, Aramateix) y Jaume Sastre y Pere Soler (Grollers de Sa Factoria) han colaborado con ellos en este iniciático trabajo, una aleación que funciona como plus de experiencia.