12 horas, sábado 5 de julio. Al grito de "torero, torero", un hombre enfundado en su traje de luces sale al balcón y la euforia se apodera de los presentes. Todos esperan impacientes el pregón y el chupinazo, que, afortunadamente, no se demora. No es Pamplona, pero lo parece. La fiesta de San Fermín en Palma ya ha comenzado.

Cada año el Bar España acerca la fiesta pamplonica a las calles de Ciutat con un encierro de ficción que en nada desmerece al navarro. Las zonas verdes y la zonas wifi se entremezclan en el altavoz de una pregonera en cuyo relato conjuga la crítica y el buen humor. "Visca San Fermín". Se lanza el cohete, la gente aplaude y la música empieza a sonar.

Los Estupendos Burruños de la Morralla y su Banda de Impresentables, adornados con sombreros y flores, son los encargados de hacer que un centenar de personas de todas las edades cante y baile al ritmo de clarinetes, bombos y trombones. Los más fiesteros ya se han adueñado del callejón palmesano y los toros no se hacen esperar. La celebración también se apodera de la plaza Major y varios turistas curiosos se suman a los que llevan pañuelo rojo colgado en el cuello.

De Mallorca, Vitoria, Granada o Barcelona, todos aguardan el encierro. Dos carretillas y un toro con dos patas persiguen a los allí reunidos que se lanzan a correr.

"La gente está muy animada y es el año que hemos reunido a más personas", confiesa José, el dueño del bar e ideólogo, hace ya doce años junto a un grupo de amigos, de este San Fermín.

Cervezas y pinchos forman parte del festejo. Un espectáculo para compartir con amigos o con toda la familia. La mayoría repite, y otros son arrastrados por quienes ya lo han vivido.

Con el San Fermín de l´Espanya se inauguran, por primera vez, las fiestas organizadas por la Asociación de Vecinos Canamunt-Ciutat Antiga. Exposiciones de cuentos, talleres de malabares y batucadas tendrán lugar a lo largo de la semana, hasta el próximo viernes, cuando diversas actuaciones musicales pongan punto final a la fiesta.