John Darwin, desaparecido tras salir a navegar con su canoa en marzo de 2002, fue considerado muerto por familia y autoridades cuando su reconocible canoa roja apareció destrozada en una playa cercana al lugar en el que fue visto por última vez, cerca de su casa en la localidad de Hartlepool (noroeste de Inglaterra).

Para sorpresa de todos, Darwin, de 57 años, acudió este domingo a una comisaría de Londres para identificarse y aseguró que no tenía "ni idea" de dónde había estado o qué había podido hacer en los cinco años transcurridos desde su misteriosa desaparición.

Esta madrugada tres agentes fueron a buscarle a la casa de su hijo en Basingstoke, en el condado de Hampshire, para detenerle "como parte de la investigación" iniciada en 2002 para dar con su paradero, según notificó la policía de Cleveland.

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, su mujer, Anne, afirma haber actuado "de buena fe" al cobrar el seguro de vida por la muerte de su marido.

En declaraciones al periódico británico "Daily Mail", la mujer, que emigró precipitadamente a Panamá hace tan sólo seis semanas, después de obtener casi 500.000 libras (unos 695.000 euros) de la venta de su casa en el Reino Unido, aseguró que está dispuesta a devolver el dinero del seguro.

"Si eso sucede, por supuesto que no será fácil, pero lo haré. No es el dinero lo que deseaba, sino recuperar a mi marido", dijo Anne, que sin embargo añadió que entre sus "planes inmediatos" no está volver al Reino Unido.

"La gente puede pensar lo que quiera. Sólo yo sé la verdad", afirmó la mujer del ex funcionario de prisiones, que en 2003 fue declarado muerto por un juez de instrucción, aunque normalmente es necesario que transcurran siete años desde la desaparición de una persona antes de declararla fallecida.

Anne, que reveló haber hablado con su marido tres veces desde que le informaron del "sorprendente" regreso, añadió que había rezado por el día en que vería de nuevo a John pero que tiene que "solucionar algunos asuntos" antes de reunirse con él.

Asimismo, declaró que su marido nunca habría fingido su propia muerte por cuestiones financieras y reiteró desconocer que él estaba vivo.

Por otra parte, el tabloide británico "Daily Mirror" publica hoy una fotografía tomada en julio de 2006 en la que la pareja posa para una compañía que alquila habitaciones en la ciudad de Panamá.