El IV Festival del Mar, certamen internacional de cine gay y lésbico, cierra esta noche sus puertas en Eivissa y se prepara para reestrenarse y repetir su programa en Mallorca, por segundo año consecutivo.

Las mismas propuestas que se han podido ver estos días pasados en la versión pitiusa de la muestra, volverán a competir ahora, ante un jurado distinto, en tierras mallorquinas. En total serán siete películas de larga duración y veinticuatro cortometrajes los que se exhibirán durante las seis jornadas que durará el festival. Dieciocho proyecciones, distribuidas en una triple sesión diaria, que desde mañana y hasta el próximo día 20, se llevarán a cabo en el Teatre Municipal de Palma.

"Aunque el colectivo homosexual se ve como protagonista en la pantalla, el festival es, ante todo, una cita para cinéfilos, una plataforma para el cine independiente y un vehículo para fomentar el respeto hacia la diversidad sexual y la tolerancia", aseguró Frieder Egermann, director del certamen, durante el acto de presentación realizado ayer en la sede palmesana de Ben Amics (Asociación Lesbiana, Gay, Transexual y Bisexual de Balears). Egermann quiso recalcar también la oportunidad "única" que ofrece el certamen para poder ver determinadas películas que "probablemente de otra forma no llegarían nunca" a las pantallas españolas y justificó así la poca presencia de propuestas nacionales en el programa final. "Hemos dado prioridad a las producciones extranjeras porque pensamos que su distribución es mucho más complicada", comentó al respecto.

La diversidad como bandera

Como ya es habitual en el Festival del Mar, la apuesta por la diversidad ha vuelto a ser uno de los principales criterios que ha seguido la organización a la hora de elegir las cintas proyectadas finalmente. "Una esmerada y nada fácil selección", en palabras del director de la muestra, donde la variedad queda reflejada en múltiples aspectos. Desde la nacionalidad de cada una de las cintas -hasta doce países diferentes están representados en esta ocasión- hasta su estilo o el lenguaje cinematográfico. "Cada país tiene una forma distinta de hacer cine, una manera de ver el colectivo homosexual", comentó , Frieder Egermann, que aprovechó para destacar la "privilegiada" situación a nivel de derechos que gays y lesbianas disfrutan en España.

De los largometrajes programados en esta edición tan sólo uno es español, Vida de familia, una producción dirigida por Llorenç Soler y protagonizada, entre otros, por Ana Fernández, Cristina Brondo y Mercedes Sampietro, donde "las mujeres se sentirán muy identificadas", aseguró Eggerman. El resto de los filmes se proyectarán todos doblados al castellano y al inglés .

Eggerman aseguró que la voluntad de la organización es premiar, por encima de todo, a las "ideas y a la originalidad", especialmente en los cortometrajes, "pequeñas producciones" que cuentan con menos recursos para su realización, encuentran muchas más dificultades para su distribución y que por eso necesitan "más mimos y atención".

Por su parte, Miguel Ángel Camacho, de Ben Amics, enmarcó el festival dentro de los actos programados para la semana del orgullo gay que comienza, y se refirió al mismo como "una manera de trabajar la normalización de la homosexualidad y de crear un referente positivo". En este sentido, quiso criticar la imagen habitual que del colectivo se viene dando en el cine, y recalcó "la buena oportunidad" que representa el certamen para mostrar cómo es "la vida normal" de sus miembros. "Estamos hartos de aparecer como el decorador de la boda del protagonista o el amigo simpático", ironizó.