Los hábitos alimentarios característicos de la dieta mediterránea, especialmente los suplementados con aceite de oliva o frutos secos, disminuyen en un 50 por ciento los riesgos de sufrir patologías cardiovasculares, conforme a los estudios en los que se ha basado la campaña Menús con Corazón de la Fundación Española del Corazón.

Según el doctor Lorenzo López Bescós, miembro de la fundación y jefe del Servicio de Cardiología de la Fundación Hospital de Alarcón, "una dieta saludable, que debe seguirse en todas la edades, es una de las claves para la prevención de las enfermedades cardiovasculares".

Para el experto, las bases de esta dieta están en la denominada ´mediterránea´, por su cantidad y variedad de componentes favorables. "Las frutas, las verduras, las grasas no saturadas y el vino en moderación no son sólo deseables para la salud, sino que pueden formar parte de un contexto en el que resultan apetecibles", asegura.

Sin embargo, los españoles están abandonando la dieta mediterránea y adoptando patrones alimenticios propios de otras sociedades.