La Hacienda japonesa ha constatado que, aunque Matsuoka había asegurado que residía en Suiza entre 2001 y 2004, pasó en Japón más de la mitad de este período, por lo que legalmente está obligada a declarar impuestos en su país.

Según los datos facilitados, los ingresos totales de Matsuoka durante estos tres años fueron de 3.500 millones de yenes (29,2 millones de dólares).

La traductora de la exitosa serie de libros para niños creada por J.K. Rowling ha insistido a lo largo del proceso de que, aunque su residencia estaba en ese país europeo, ella se veía obligada a viajar frecuentemente a Japón por razones de trabajo.

Matsuoka aseguró además haber solicitado no pagar impuestos en Japón porque ya estaba declarando ante el fisco suizo y quería evitar la doble carga fiscal sobre sus ingresos.

Tras conocer la decisión de Hacienda, Matsuoka señaló hoy que las autoridades competentes de ambos países habían reconocido su "buena fe".

Según aseguró, su mayor interés era "llevar la fantasía de Harry Potter a muchos millones de jóvenes lectores en Japón", más que "fomentar la fantasía" de algunos comentando las "cifras sensacionales" de sus ingresos.

Los nipones residentes están obligados a declarar en Japón todos sus ingresos, independientemente de dónde los realicen, y los japoneses no residentes en el país sólo deben pagar impuestos si cobran en Japón.

Matsuoka ha traducido al japonés todos los libros de Harry Potter y entre 1997 y 2005 fue la presidenta de la editorial que publicó en Japón esta serie juvenil después de que su marido, el anterior presidente, falleciese.