La dicotomía que nos plantea la vida está en formar parte del sistema establecido con todos sus defectos o bien plantarle cara a todo aquello que creemos que no es bueno. Esto es, en palabras de Jose Pedro Manglano, "mantenerse puro, limpio, virgen, como lo es el adolescente que entra en contacto con el mundo real o por el contrario rebelarse ante lo malo, aquello que no nos hace felices".

El doctor en Filosofía y Teología, en su último trabajo 22 maneras de caerse bien. Actitudes para conquistar la felicidad reflexiona sobre las principales tareas que han de tener en cuenta las personas para encontrar el camino de la felicidad, para lo que "hay que caerse bien, aceptarse y amarse" y en ningún caso "hay que dejarse corromper". A diferencia de los más pequeños, e incluso de los jóvenes, según explicó Manglado, "uno deja de ser joven en el momento en el que se deja corromper, por ello, lo más importante es mantener activo ante las posiblidades que nos ofrece la vida y no transigir, no sucumbir ante el mal que se nos presentan, pudiendo así continuar siendo personas íntegras, de una pieza".

Para el autor del libro 22 maneras de caerse bien. Actitudes para conquistar la felicidad la edad no ha de influir en nuestra posición ante nosotros mismos, primero y ante el mundo, después, "uno puede ser viejo a los 25 años y lo ideal es mantenerse joven hasta la muerte". La personalidad se forja "principalmente en el estado de juventud, es la forma de presentarnos al mundo y por ello, lo que hacemos es dejar el mundo irreal en el que vivimos cuando somos niños, para contactar con el mundo real que es imperfecto. Es en esa juventud, en esa relación con el sistema cuando desarrollamos lo que somos", señaló Manglano.

Los pasos a seguir en la conquista de la felicidad tienen que superar diferentes fases. En la exposición el escritor apuntó: "una de ellas es la afirmación del bien y el rechazo del mal. Cuando somos adolescentes presentamos un estado de rebeldía que corresponde a una definición de voluntaira inadaptación a lo imperfecto de este mundo. Así podemos situarnos en contra de lo que no nos parece bueno o bien a favor de lo que consideramos positivo".

En cuanto a la consecución de la libertad Manglano apuntó que "la libertad es algo que yo debo conquistar, es algo interior, personal, que primero hay que conseguir y después hay que defender". Aquí la rebeldía juega un papel esencial según el autor, para el que "cuando deja de importarnos la afirmación de nuestra personalidad, pasamos a ser un elemento más del mundo real en el que vivimos. Es en ese momento cuando estamos dejando de ser rebeldes, de enfrentarnos al mundo desde una perspectiva crítica". Una reflexión que llevada a las formas de ver la vida de cada uno, según Manglano, "el viejo vive desesperado, con poca ilusión, mientras que el joven sigue queriendo cambiar el mundo, tiene una misión, un reto, no quiere ser parte del sistema como una pieza del engranaje. Busca su sitio manteniéndose firme en su posición. Busca la felicidad desde la rebeldía, desde la lucha contra los errores del sistema, no se conforma".

La personalidad, la situación del ser humano en el mundo puede cambiar atendiendo a sus necesidades. De esta manera lo explicó Jose Pedro Manglano: "la necesidad puede provocar cesiones de lo que creemos bueno. Pero hay bienes que nunca se han de poner en juego. Si sucumbes adoptas las posiciones de algunos de los ´yoes´ que planteo en el libro. El yo respondón, el yo gregario o el yo burgués, que no dejan de ser modos de paliar mi deterioro".

El secreto de la felicidad es según afirmó el autor de 22 maneras de caerse bien. Actitudes para conquistar la felicidad, "el amor. Esta es la gran cuestión, el amor es la puerta de la felicidad. Por eso, debemos mostrarnos rebeldes contra el ´yo´ que no nos deja amar, contra la fuerza de la soledad, contra la llamada que provoca las malas energías, esas que nos impiden relacionarnos con los demás o que nos indica el camino equivocado. Tiene que triunfar el anhelo del amor".