Pedro Martorell ha sido invitado por el ayuntamiento de Praia, capital de Cabo Verde, para que lleve a cabo una escultura que se situaría en la vía pública. El artista mallorquín presenta desde hoy su maqueta en la galería El Temple, junto a su exposición Números pendientes que sirve de repaso a su trayectoria.

Martorell rendirá homenaje a la mujer caboverdiana en una pieza que realizará en hierro. "La maternidad es tan fundamental para la mujer africana que sólo eso explica todos los sacrificios que soportan", dice. Su maqueta está hecha en estaño y con piezas pequeñas de cerámica.

Llevaba años sin exponer en Palma, a excepción de su reciente inclusión en una colectiva en la misma galería. Su última muestra fue Llengües crucificades enlairades al vent, en el Col·legi d´Arquitectes de Balears.

"Mi relación con la pintura es de lucha, casi una pelea; mientras que la escultura me resulta más dócil. Cuando pinto siempre existe el interrogante de qué hacer, cómo conseguir algo distinto. Esta incapacidad me hace tratar a la pintura duramente", dice Pedro Martorell a propósito de sus lienzos oscuros, tiznados, rotos, quebrados. "Torturados", añade.

Autodidacta, el pintor representó a España en la feria de Corea de arte montada al hilo de los mundiales de Fútbol. Su espíritu inquieto también le llevó a participar en la feria Sofa de Nueva York.

En sus lienzos abundan los signos inequívocos: son números que él fragmenta, rompe, quizá por eso la ironía de su lema Números pendientes. O quizá un guiño.

"El tema de la lengua me ha interesado desde siempre, sobre todo por los lenguajes que desaparecen", indica. En su última exposición en Palma, Llengües crucificades enlairades al vent, este símbolo surgía empalado en alambre. "Es el sacrificio y la verdad, dos temas recurrentes que ahora también surge en la escultura que dedico a la mujer de Cabo Verde", expresa.