La exposición, llamada "Senso to Ningen" (Guerra y Seres Humanos), se abrió al público en la isla de Okinawa, al sur de Japón, el 11 de mayo y se podrá visitar hasta el próximo 24 de junio, un día después del 62 aniversario del final del combate.

La obra recoge escenas de ataques suicidas masivos de civiles que se lanzan contra los soldados estadounidenses y está instalada de forma lineal, con una longitud de cien metros, en una antigua pista de aterrizaje de la base auxiliar de Yomitan, en Okinawa.

"A través de mi trabajo pregunto el sentido de los suicidios en masa ante la controversia de si el Ejército japonés obligó a los civiles a suicidarse o no", explicó Kinjo, de 68 años.

El artista utilizó cemento y escayola para la producción de esta escultura con motivos históricos, en la que se representan escenas como la expulsión por parte del Ejército nipón de los civiles ocultos en una cueva, o el ataque aéreo de EEUU el 10 de octubre de 1944, que sufrió el propio autor.

Los organizadores de la exposición tienen previstas asimismo obras de teatro, conciertos y conferencias, siempre con este relieve como motivo central.

En 1945, la batalla de Okinawa costó la vida de aproximadamente 239.000 personas de ambos bandos a lo largo de 82 días, y terminó con la derrota del ejército nipón, ya en las postrimerías de la II Guerra Mundial.