La presentación del proyecto del Teatro de la Ópera en el Moll Vell diseñado por el estudio del arquitecto Santiago Calatrava fue un tema polémico en los albores de la pasada campaña electoral. Tanto, que la Junta Electoral privó al presidente Jaume Matas de presentarlo el pasado 2 de mayo.

Sin embargo, la maqueta de esta monumental construcción se encuentra en el segundo piso del Consolat de Mar y algunos detalles conocidos de fuentes próximas al proyecto permiten conocer algo más de esta monumental iniciativa impulsada por el Govern, cuyo coste se estimó en cien millones de euros.

La iniciativa defiende una reordenación completa de la zona del Moll Vell, donde se habilitarían nuevos amarres y existiría espacio para una nueva zona comercial. Pero los pasillos no serían rectos, sino de forma ondulante. Estos aspectos, obviamente, ayudarían a sufragar y rentabilizar la cuantiosa inversión que preveía asumir la Administración autonómica en la zona.

El diseño, según fuentes conocedoras de la intervención, presenta puntos similares con otros encargos de Santiago Calatrava, como el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo. De forma especial, por la ubicación escogida para la construcción principal. En el caso de Asturias, el propio arquitecto describía que quería que diese la impresión de "estar flotando en el agua".

Ése era también un efecto buscado en el proyecto palmesano. Según el relato de conocedores de la intervención, el Teatro de la Ópera estaría instalado, en solitario, sobre una estructura circular, como una especie de isla que también serviría como zona de paseo.

De esta manera, el aspecto de la fachada marítima de Palma sufriría una brusca variación, con el Teatro de la Ópera como un referente principal cuando se llegase en barco a la ciudad. La reordenación del puerto no prevé la construcción de un nuevo espigón, sino la ampliación del dique del Oest.

Techo móvil

El techo del edificio, según este mismo relato, podría abrirse en forma de corona, con unas láminas (descritas por algunos como conchas o escamas) que podrían moverse.

Otro tema importante en esta propuesta inicial, es la capacidad que tendría la Ópera de Calatrava, que superaría en mucho el aforo actualmente disponible en el recuperado Teatre Principal y en el Auditòrium, espacios culturales de Palma con los que, según el presidente Jaume Matas, no existiría competencia, sino que serían "compatibles y complementarios", como aseguró al anunciarse la intervención. Podrían existir dos escenarios. El principal tendría capacidad para más de 2.000 personas, contando con la posibilidad, mediante un moderno sistema, de reducir capacidad hasta los 1.500 o 1.600 si fuese preciso.

La sala pequeña, planteada para actividades de menor formato, podría albergar hasta 600 espectadores. El presidente del Govern alabó el proyecto, por su capacidad de ayudar en la desestacionalización turística, al igual que hacen la apertura de campos de golf o las rutas cicloturísticas. Fue la última propuesta para reordenar el Moll Vell en esta legislatura, aunque no la única. El concejal de Urbanismo Javier Rodrigo de Santos ya propuso en enero de 2006 convertir la zona "en una especie de Puerto Portals", derribando los edificios de Aduanas y de Capitanía Marítima.