patrimonio

Las possessions de Palma, revisitadas

Roberto Fernández y Gaspar Valero, ofrecen una "degustación" de una veintena de predios en el volumen ´Història i arquitectura del terme de Ciutat´, editado por Olañeta

lourdes durán. Palma.

"Cubrir el vacío que había" es el propósito inicial de Roberto Fernández y Gaspar Valero, autores del volumen Possessions de Palma, editado en la lujosa colección Illa de la Calma de Olañeta bajo amparo del Consell de Mallorca. Veinte posesiones, organizadas conforme a la antigua parroquia a la que estaban adscritas, conforman un libro que fue presentado ayer en una de ellas, Son Rossinyol, actualmente alquilado por la institución insular donde ha desarrollado actividades de índole diversa como talleres de restauración y matançes.

"De tierras de cultivo se hacen términos de urbanización, lo que ha supuesto un cambio brutal dejando a las posesiones como fósiles; afortunadamente no todas. Es el momento indicado para llamar la atención sobre su necesidad de conservación, restauración y ayuda a los propietarios que mantenerlas no sea una carga. Proteger este patrimonio es una necesidad", opinó Valero.

Los autores han recogido las siguientes posesiones o antiguas alquerías o rafales: Son Muntaner; Son Puigdorfila; Son Cigala; Son Peretó; Son Dameto; Son Moix Blanc; Son Cotoner; Son Pisà; Son Espanyol; Son Berga Nou; Son Cabrer; Ca l´Ardiaca (todas ellas pertenecientes a la parroquia de Santa Creu). De la parroquia de Sant Jaume: Son Bibiloni; Son Rossinyol y Son Pardo; de la parroquia de Santa Eulàlia: Son Santjoan y Son Ferrer de Sant Jordi; de Establiments, Sarrià y Bunyolí.

Cada una de ellas está señalada con una ficha y localizada en el mapa realizado por el cardenal Despuig en 1784.

El origen, tal y como recordó Gaspar Valero, fue el de las antiguas alquerías o rafals anteriores a la conquista de Mallorca por el rey Jaume I. Cayeron en manos de nobles y caballeros de la conquista y se surgió el término posesión que era parangón del catalán mas o masia o el lloc menorquín. A la partícula son se le acompañó el apellido de la familia propietaria.

Con el paso de los años, estas posesiones fueron arrendadas por los señores a los payeses que explotaban estas grandes superficies. Gradualmente su fisonomía y sus funciones originales han sufrido cambios radicales que, en casos como el de la posesión de Son Santjoan, apenas queda un esbozo del original debido a la transformación de los terrenos en huerta y al ubicarse muy cerca el aeropuerto.

Su tipología arquitectónica es diversa según su conformación se haya hecho a partir de una torre de defensa o inspiradas en la arquitectura de Palladio como Son Berga Nou; o con elementos neogóticos como Son Cigala.

La actualidad presenta posesiones en manos del Ayuntamiento adquiridas algunas después por empresarios o promotores urbanísticos para construir una urbanización. "A día de hoy no existe una concienciación profunda sobre la conservación del patrimonio de todos", señalan los autores en el introducción del libro. El caso de Son Cabrer es paradigmático de la confrontación entre vecinos -de la Real- con los poderes públicos y económicos. "Con este libro hemos hecho una primera degustación", indicó Valero.

"Para proteger nuestro patrimonio, hay que conocerlo", remató Miquel Nadal, vicepresidente del Consell.

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