Las autoridades sanitarias de Ibaraki, provincia situada al norte de Tokio, informaron ayer de la existencia de un posible brote de gripe aviar en una granja de la zona, donde serán sacrificados unos 82.000 pollos.

Las aves de esa granja situada en la localidad de Ogawa, en la citada provincia, estuvieron en algún momento infectadas con uno de los virus de la gripe aviar, según revelaron las pruebas a que fueron sometidos los animales, señaló la información difundida por la agencia Kyodo.

Aunque el tipo de virus no ha sido aún identificado, las autoridades veterinarias de Ibaraki han ordenado la muerte de los pollos de la granja.

Esta explotación avícola se encuentra dentro de los límites de una zona sobre la que existe una cuarentena para el traslado de los animales y de sus productos derivados, como los huevos, debido a que en el pasado hubo brotes de gripe del pollo.

Sin embargo, en la granja sobre la que se ciernen ahora las sospechas se habían realizado anteriormente diferentes pruebas que dieron negativo sobre la presencia de la temida enfermedad.

Hasta el 13 de octubre pasado, el Gobierno de Ibaraki había ordenado la destrucción de cerca de 1,48 millones de pollos en 26 granjas y cuando se descubrió este posible nuevo caso se estaban realizando otras pruebas médicas para confirmar si se podía levantar la cuarentena actual sobre pollos y huevos.

Sesenta muertos

El año pasado, se detectó la versión más dañina de la enfermedad, el virus H5N1, en las provincias de Yamaguchi, Oita y Kioto, en el suroeste del país.

En el sureste asiático, unas sesenta personas han muerto por la gripe aviar desde que fuera diagnosticada en el 2003.

El H5N1, la cepa que afecta a humanos, se transmite a las personas mediante el contagio directo del ave infectada, pero los expertos descartan la transmisión de la enfermedad por el consumo de productos avícolas y sus derivados, puesto que el virus muere cuando se cocina el animal.