El hambre es un problema político global que hay que combatir con urgencia pues no puede haber paz en un planeta en el que mil millones de personas no tiene lo suficiente para comer.

Este fue el análisis de los presidentes de diversos países que intervinieron ayer, lunes, en la celebración del 60 aniversario de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El director general de la FAO, Jacques Diouf, aseguró que el mandato de la organización sigue teniendo la misma actualidad: "garantizar que se libere a la humanidad del doble flagelo del hambre y la desnutrición".

Aunque desde 1960 la población aquejada por desnutrición se ha reducido del 35 al 13 por ciento, los progresos alcanzados no han bastado para "satisfacer todas las esperanzas de quienes crearon la organización", pues 852 millones de personas siguen padeciendo hambre, agregó el director general.