Ramón Alabern, con la ayuda de su esposa, Nuria de Armenteras, y sus hijos, una vez pudo retirarse de sus actividades profesionales, pudo iniciar su ilusionado proyecto de cultivar viña y producir ese vino de terruño que todo bodeguero que se precie siempre ha soñado. Un proyecto que ha podido materializar en la finca de Son Puig, cerca de Puigpunyent. Un documento que se encuentra en el Ayuntamiento de Puigpunyent atestigua que en 1517 había un Celler Vell y otro Nou en este predio de la Serra de Tramuntana.

Numerosos invitados, entre los que se encontraban representantes del Govern balear y de organismos agrícolas de la isla, asistieron a la inauguración de la nueva bodega, una de las más de cincuenta que ya están en activo en Mallorca, a nivel comercial. La bodega cuenta con instalaciones muy modernas, su correspondiente laboratorio y sala de crianza, con una capacidad inicial para elaborar hasta unos cincuenta mil litros de vino.

La viña de las Bodegas Son Puig alcanza en estos momentos las cinco hectáreas y media cultivadas, si bien, en breve, se sumarán tres más. La variedades que actualmente se cultivan son cuatro tintas y dos blancas. En las primeras están la autóctona Callet, la nacional Tempranillo y las francesas Merlot y Cabernet Sauvignon, mientras en las segundas se encuentran la mallorquina Prensal Blanc y la gala Chardonnay.

En la recepción que se ofreció a los invitados, donde no faltaron clásicos productos mallorquines, se sirvieron los primeros vinos de esta nueva bodega isleña. Los vinos catados correspondían a la añada del 2004, y si bien son del año, tuvieron estancia en barricas de roble americano y francés, y un corto descanso en botella.