- ¿Le hubiera gustado ser ministra?

- A cualquier persona con vocación política le supone un gran orgullo llegar a un gabinete de Gobierno de su propio partido. Ahora bien, estoy satisfecha con mis responsabilidades. Haber sido la candidata a la alcaldía de Madrid es una de las cosas más importantes que me han sucedido. No me arrepiento, pese a la derrota, pues también de ella se aprende.Y ahora, como además de portavoz del grupo socialista en Madrid, me ocupo de la Política Internacional del PSOE, tengo una vida plena. Me gusta lo que hago y no aferro a nada. Estoy en política porque quiero. Esa es mi ventaja

- Sin embargo, Zapatero la quiere en primera línea

- La clave no es estar en primera o en segunda línea, sino tener éxito en lo que haces, la forma en que decides ejercer tus responsabilidades. El presidente es muy hábil, le gusta jugar con los tiempos. Aparentemente nos pone en responsabilidades de un segundo o tercer nivel. Pero para él todo es importante.

- Hace poco más de un año, los propios dirigentes del PSOE hablaban públicamente de la crisis del partido, ¿cómo se explica la victoria en las generales?

- Es cierto que había personas que hacían comentarios, bien sobre la falta de cohesión interna, bien sobre la capacidad de la propia dirección de conseguir llevar adelante un proyecto. No obstante, como integrante de la dirección, mi impresión era otra. De forma permanente esa dirección se iba consolidando. Zapatero se había hecho con el liderazgo del partido. Y a medida que iba pasando el tiempo recortábamos distancias al PP, como se demostró en las municipales y autonómicas, en la que el PSOE ya fue el partido más votado.

- Sin embargo, sucedieron otros acontecimientos al margen del PSOE.

- Sí, acontecimientos que debilitaron al PP, como el hundimiento del Prestige, el decretazo o las huelgas generales, y eso, acompañado de una actitud prepotente y soberbia a la que condujo el ejercicio de la mayoría absoluta al Gobierno, hizo que los ciudadanos se fueran distanciando de los éxitos que cada uno pudiera considerar que había cosechado el Ejecutivo.

- ¿Qué ha conseguido el nuevo Gobierno?

- Destacaría la distensión del clima político. Los últimos dos años del PP fueron de una gran tensión. Es una anomalía, por ejemplo, que el anterior presidente del Gobierno no recibiera a un presidente de una comunidad autónoma legítimamete elegido. También hemos conseguido hacernos eco de un sentimiento muy arraigado en la ciudadanía. Y eso se ha hecho con el reconocimiento de determinados derechos que antes estaban negados para algunas minorías, como el colectivo de gays y lesbianas, o la radicalidad en la defensa de los derechos de la mujer.

- ¿La salida de las tropas de Irak supone un cambio total en el diseño de la política exterior del Gobierno?

- Supone una recomposición que entraña ciertos riesgos, pero estamos convencidos de que va a tener un gran éxito. Intentamos poner al ciudadano en el centro de la vida política, en esta y en otras acciones. En eso consiste el liderazgo político.

- ¿Cómo explicar al ciudadano que el mismo Gobierno que ordenó el regreso de las tropas de Irak va a enviar ahora un contingente a Haití?

- La retirada de las tropas de Irak respondió a una demanda ciudadana, pero también a una convicción profunda, aquélla fue una intervención sin el aval de Naciones Unidas. Intervenir en Afganistán es hacerlo con el aval de Naciones Unidas, es la reacción contra lo que ocurrió el 11-S en Nueva York, porque existió un vínculo entre Al Qaeda y el régimen talibán. Por tanto, existe el derecho a la legítima defensa, lo que nunca se pudo demostrar en Irak. En Haití estamos ante un envío de tropas que asistirá a una crisis humanitaria. Y en este tipo de situaciones, nuestras tropas han estado en Bosnia y en Centroamérica. No rechazamos la participación de tropas a nivel internacional, porque tenemos un compromiso con la paz y la seguridad. Pero en el momento en que nosotros lo creamos conveniente y baja bandera de Naciones Unidas.

- La oposición defiende que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha perdido peso en el contexto internacional, ¿qué responde?

- La oposición tiene que decir algo que le permita criticar a su adversario político, pero yo les invitaría a que hablaran con los presidentes latinoamericanos, a que hablaran con Lula, con Kirchner, con Ricardo Lagos, con Fox, con Martín Torrijos, con Leonel Fernández. Y que también lo hicieran con Chirac, con Schröder, con Berlusconi, con Putin e incluso con Tony Blair . España es un gran país. Y como tal siempre tendrá un papel protagonista en las relaciones internacionales. Lo único que ha hecho el Gobierno ahora es cambiar posiciones coyunturales diferenciadas de las que ha mantenido Estados Unidos. No obstante, trabajaremos por tener unas relaciones normalizadas con ellos. Seremos un socio y un fiel aliado, pero siempre desde nuestra autonomía y nuestra soberanía.

- Enmienda a la totalidad. En el Ayuntamiento de Madrid ha denunciado a Ana Botella por no cumplir ninguna de sus promesas electorales.

- La señora Botella tiene ideas profundamente conservadoras que yo no comparto. Y me atrevería a decir que algunas promesas electorales del PP ella tampoco está dispuesta a cumplirlas, porque es más conservadora. He sido crítica con Gallardón por necesidad, pues en este último año en Madrid ha habido más propaganda que gestión.

- ¿Cómo desconecta en vacaciones?

- No llego a hacerlo del todo porque me gusta mi trabajo y estoy siempre con el teléfono abierto. Leo menos periódicos que en Madrid y me relajo en la playa. Este verano en las de Mallorca y las de Grecia. Me gusta leer y disfrutar de la compañía de los amigos. En diez días de asueto me quedo nueva, no necesito más.