Definen sus conciertos como "happenings compositivos" y utilizan "el sonido, el silencio, el ruido y la palabra como material de expresión". Son Le Ciel Afonic, o lo que es lo mismo, Antoni Colomar y Miquel Vicensastre, y lo suyo es la música progresiva, un lenguaje "arriesgado y radical, para nada intelectual, que no siempre es aceptado" por el gran público.

El dúo ofrece hoy, dentro de la vigésimo quinta edición del festival Encontre Internacional de Compositors, un recital en el Casal Solleric. Ya es noticia para dos músicos que se prodigan poco en los escenarios. "Ante todo somos compositores. El grupo, en activo desde 1998, no es estable. Ofrecemos unos dos conciertos al año, ya que no siempre es una idea musical la que nos lleva a un escenario".

Así es. Le Ciel Afonic cuenta con un único disco editado, Pornofobia, aunque sus últimos montajes han girado en torno a espectáculos relacionados con la ópera (Forat), el video y la pintura. "Con Tià Zanoguera creamos un espectáculo de improvisación en el que él pintaba detrás nuestro mientras actuábamos", explican.

Para esta noche anuncian la pieza El descens obscur, aunque nunca se sabe. "Sobre el escenario llevamos un guión, un esquema abierto sobre el que improvisamos. En realidad no sabemos muy bien lo que sucederá", aseguran.

Lo que sí tiene claro Le Ciel Afonic es su objetivo: "Luchar contra el conformismo sonoro", fin para el que se valen de una "música que despierta conciencias e intenta abrir nuevos campos", aunque todo dependerá "de la voluntad del público".

"La nuestra es una música para escuchar y con la que pensar. Está llena de imágenes poéticas, de estados de ánimo. A veces es una caricia y otras un golpe al estómago", apunta Antoni Colomar.

El dúo, que prepara material para un segundo trabajo discográfico, reconoce que "todo vale en la música progresiva como fuente sonora, siempre que se adapte a nuestro lenguaje".

Los sonidos pregrabados, de insectos, ballenas, aves o viento; la guitarra eléctrica, el piano y todo tipo de objetos son válidos para un grupo que nunca deja indiferente.