La noche transforma las almas perdidas. No me gusta reconocer que sufro de doble personalidad, pero la verdad es que Jeckyll y Hide se podrían celosos si nos conocieran a Yo y Yo Misma. De día una cara, de noche otra. Son las doce de la noche. Cenicienta pierde el zapato y su coche se convierte en calabaza. Su cuento termina y aquí empieza el mío. Saco al lobo de Caperucita de la película Sherk 2 y le invito a soplar y a soplar para el sol del día derribar. El otro día soñé por la noche.

? El hotel Son Brull festeja la 'hora loba' en una noche cinco estrellas en medio de la nada, que habita en la carretera de Palma a Pollença. En este último territorio, un desvío conduce a una especie de pequeña réplica del monasterio del Escorial transformado en hotel, cuya historia se remonta al siglo XII. En esas tierras, por aquel entonces, se encontraba una alquería árabe con el nombre de Lauracics. Sin embargo ahora, bajo los rasgos típicos de lo que fue antaño, se ha convertido, cada sábado a partir de las doce, en el centro de reunión de los lobos que salen de copas después de cada función ¿O se habían creído que el lobo se moría al final del cuento?

? Podría haberme encontrado a Nawja Nimri cantando en un rincón, quizá Marlango se escuchasen en directo, pero tampoco les prestaría atención. Ni Paco de Lucía conseguiría que levantase la vista de la sesión de chill out que me tenía ensimismada. Un dj tras el agua de la piscina. Una terraza con alfombras de cojines, camas, hamacas, y la mejor ginebra que voy a probar. No hace falta ser cliente del hotel, ni dormir, ni cenar, ni mostrar un carnet vip. Eso sí, tuve que saber desenvolverme en conversaciones entre mallorquín y castellano, algo que no estoy acostumbrada a hacer en las noches de la isla. Su público más cercano es de Pollença, pero cada vez se le conoce más lejos. Entre los asistentes estaba incluso el pintor Joan Bennàssar charlando y bromeando con su mujer y con el empresario Toni Font. Los lobos toman copas con clase.

? Ayer se cumplía un año de su apertura y la cuarta semana de su fiesta chill out. Me tumbé cerca de la piscina, bajo la música de Café del Mar, a mi alrededor sólo había millones de estrellas, de esas que lucen y son de verdad. La intimidad y la calma invitan a una velada que nada tiene que ver con la extendida oferta del all inclusive presente en el resto de la isla. En Mallorca también pueden conjugarse los productos autóctonos con la calidad. Así debiera venderse nuestro producto en general y no como una sabia excepción. De ahí que el éxito de este lugar se contemple en el público que le ha dado su primer reconocimiento, el de aquí. La hora loba deja una estela de embrujados. Despierto y le pide al lobo que vuelva a soplar.