Can Gelabert de Binissalem fue el lugar escogido en la noche del pasado miércoles para conocer y catar una serie de vinos, tan curiosos como personales, que no se comercializan. Unos caldos realizado por una serie de aficionados a la enología, que, en un pequeño terreno de no más de una hectárea, tienen su propia viña.

La convocatoria para esta reunión la realizó la Confraria Enofles de la Parra, con sede en la propia Binissalem. En esta primera muestra de vinos artesanales realizados por payeses y aficionados, participaron solamente los realizados en la comarca del Raiguer. Los vinos, una veintena, entre los que había blancos, tintos y claretes, tanto del año como de crianza, estaban elaborados por Vins 3, Dilluns, Es Molinet, Vinya de Can Grau, Dionisos, Can Xua, Agrupació Escup, Vinya de Son Aguiló, Salaire y Tomeu Rosselló.

Los caldos se han elaborado con variedades de uvas autóctonas y foránea, aunque sin faltar el Manto Negro, autóctona y dominante en la D.O. Binissalem.