No están a mi favor, no estoy en su contra. Las critican los hombres que darían un brazo por conquistarlas, las mujeres que se dejarían veinte kilos por igualarlas. Jurado de su feria, no me molestó la ganadora del ganado, sino que fueran feas. Mi entrevista favorita con una de ellas transcurrió así: "¿Cuál es tu hobby?", "la pintura". "¿Qué artista?", "Goya". "¿Qué cuadro?", "Las Lanzas". Y así sucesivamente, pero yo sólo clavaba mi mirada en unos ojos que no me la devolvían, me la disolvían. Por su sonrisa, Goya hubiera pintado el Guernica.