Mallorca se llena de festivales, conciertos y ciclos de conferencias... todo para agudizar los tímpanos. Y de eso sabe mucho Bebe. Su disco Pa' fuera telarañas es de lo mejorcito que se puede escuchar en el panorama nacional. No sólo esta el "malo, malo, malo eres", hay mucho más: baladas, ritmos poperos... es hora de poner el oído y sumergirse en este primer trabajo de la extremeña.

Para no perderse, el próximo 21 de julio, el concierto de los hermanos irlandeses The Corrs. Si una de las integrantes de la banda ya escogió Deià para contraer matrimonio, el cuarteto repite experiencia y acercan su nuevo trabajo Borrowed Heaven a los isleños. Ya lo dice el título de su primer single Summer sunshine (la luz del sol del verano). Alejandro Sanz (5 de agosto), Estopa (13 de julio) o el bluesman "blanco" John Mayall (en el polideportivo de Porto Cristo, 21 de julio), también visitarán la isla para gustazo de nuestras orejas sensibles.

Los melómanos más clásicos tienen su cita obligada en Pollença. El municipio celebra su XLIII Festival de música en el Claustro de Sant Domingo que acogerá, el próximo 17 de julio, un concierto homenaje a Philip Newman, fundador del festival, a cargo de la Orquesta Sinfónica de Praga y el joven violinista Ilya Gringolts. Y para oir con los cinco sentidos será el acústico de Luis Eduardo Aute. Con No te desnudes todavía o Al alba, sonarán los aplausos más fuertes en el Castell de Bellver el sábado 24 del presente mes.

"En tus oídos, toda la música de la noche, y en tu voz, y en tu risa, y en tu tácito llanto..." . León de Greiff, en su poesía Canción Nocturna, ya sabía el poder de unas palabras. Y sólo con ellas, el arquitecto y autor de Three Generations, Jan Utzon, ofrecerá una conferencia en la Fundació Pilar i Joan Miró, que para los viernes de julio y hasta el 6 de agosto, propone unas charlas y cenas musicales en homenaje a Jorn Utzon, creador del edificio de la Ópera de Sidney.

El verano ya está aquí, eso se nota. Lo importante es vivirlo tanto si se tiene vacaciones como si no. Dejémonos llevar por las emociones y por nuestros deseos, eso sí, con mucho sentido común.