Quimi Portet, el cincuenta por ciento, como mínimo, de El Último de la Fila, nunca olvida Mallorca cuando publica nuevas canciones. Al de Vic le gustaría tocar más a menudo en la isla, pero el formar parte de "una cultura minoritaria" sólo le permite "venir una vez" con cada disco, en este caso con Matem els dimarts i els divendres, cedé que le ha permitido ofrecer hasta la fecha "más de cuarenta conciertos" -hoy sumará el 41 en sa Congregació de sa Pobla- y seguir pasándoselo "pero que muy bien".

"Estoy totalmente adaptado a mi nueva situación. Hace ya nueve años que no existe El Último de la Fila y tengo seis discos en solitario", recuerda el músico, un hombre al que siempre le ha gustado trabajar solo, "un riesgo" que le encanta y que practicaba ya con Manolo García.

A punto de cumplir los 50, Quimi Portet confiesa que está "en la edad de soltar lastre", aunque eso no significa que sea "un pasota o gire la cabeza hacia otro lado" cuando ve injusticias y atropellos: "Colaboro con el GOB de Menorca, SOS Racismo, Amnistía Internacional..., pero es una época en la que disfruto con mi oficio por encima de todo. Hago los discos y toco las canciones que quiero y sé que siempre habrá gente dispuesta a escucharlas".

Canta Portet en su nuevo álbum que quiere ser cantautor -"estoy seguro que lo soy"-, aunque parece que los ridiculiza. "Nunca utilizo el sarcasmo, siempre la ironía, y cuando me río de algo, como de los cantautores, siempre estoy en la parte risible, bien visible".

Si algo une sus discos en solitario es el gusto por "explorar", por descubrir nuevas vías en pro del texto. "En mis últimos discos hay menos música y más letras", porque "creo que al disponer de menos instrumentos se subraya más el texto".

Admirador de la obra de La Trinca o Jaume Sisa, al que se dirige como "maestro", Portet no tiene problema alguno en definirse como "cantamañanas", "exhibicionista" o "vanidoso, como cualquier persona que se dedica a vender discos". ¿Y surrealista? "Ésa es una palabra muy fuerte, yo soy de la broma".

El cantautor catalán afirma que "las estrellas del rock no son intelectuales" y asegura que si Francesc Pujols (uno de sus escritores predilectos) viviera y escuchara su música "seguro que le parecería una frivolidad, siendo tan culto como era".

Respecto al concierto de hoy en sa Pobla, que dará comienzo a las diez de la noche, sólo sabe una cosa, las canciones que interpretará. Del resto se ocupará "el azar y la espontaneidad". A buen seguro que entre el público, "todos amigos de la broma", se encontrarán miembros de Antònia Font, uno de los grupos que más le seducen.

"Tocamos las mismas coplas de la sensibilidad humana. Sus canciones, como las mías, son una mezcla de tristeza, algo cómico y unas ganas de vivir inmensas. Y qué decir de Juanmi Oliver, un fuera de serie", exclama.