P El año pasado cumplió 70 años sobre los escenarios. ¿Qué le anima a seguir subiéndose ahí arriba?

R Cumpliré 90 años de edad el próximo mes de septiembre pero todavía puedo hacer una entrevista, ponerme de pie solo, pasear, ver a mis amigos, reírme, llorar€ en fin, estoy vivo. A mí no me afecta tener que hacer esto por compromiso, lo hago porque quiero, porque me gusta, porque me posibilita mejorarme en mi trabajo y porque no tengo otra cosa. Si tuviera que vivir de la pensión no cubriría ni una caries.

P ¿Qué etapa de la vida es más compleja: la adolescencia o la vejez?

R Siento que la adolescencia pasó velozmente y que es imposible recuperarla, así que me enfrento a la vejez, que es lo que tengo en este momento, por lo que trato, en la medida de lo posible, de mantenerme vivo, de no quedarme esperando, porque eso sería terrible.

P Suma más de una década con Como hace 3.000 años. ¿En qué ha cambiado la obra desde su última visita al Teatre Principal de Palma

R Básicamente hacemos los mismos poemas, salvo los de los bises, que vamos variando. Seguimos el mismo criterio que hace diez años, con la experiencia que te dan las funciones, que permite mejorar noche a noche el espectáculo. Quiero que el espectador sienta la obra como si fuera un estreno, que no perciba las funciones que llevamos detrás, que son más de 120. Eso no se tiene que notar, y esa posibilidad me la da solamente el teatro, que me sirve para estar no solo vivo en la profesión, también tranquilo en mi conciencia de intérprete, para ofrecer verdad y respeto a ese señor anónimo que es el espectador. El cine y la televisión no me dan eso. Esos son trabajos que se hacen y se acaban; en el teatro, en cambio, el trabajo está vivo permanentemente.

P "En el cine ya no me quieren", ha confesado en alguna ocasión.

R ¿Eso lo dije yo? Retiro esa afirmación, debía de estar un poco mal de la cabeza en ese momento. Últimamente no hago cine porque las propuestas que he recibido, por una razón u otra, no se han concretado, pero puede salir una en cualquier momento.

P Más de 150 películas

R No. En el teatro me siento patrón de mí mismo, de mi trabajo, pero en el cine y la televisión, no. Las películas son un aparato que yo no manejo, y muchas de ellas dependen de la suerte, de las situaciones en que se hacen, de cómo se hacen, de cómo se distribuyen€

P ¿En qué éramos mejores hace 3.000 años?

R Homero aglutinaba a miles de personas solamente para que le escucharan sus poemas. De ahí que nos apropiáramos para el título de este espectáculo de un poema de Esteban Agüero, un poeta de San Luis, al noroeste de Argentina, que hace referencia a Homero y que se llama Como hace 3.000 años. Nos gustaría que la gente acuda a escuchar nuestros poemas con la misma avidez -no diré con la misma cantidad, porque entonces no había otra cosa que ofrecer- como lo hacían con Homero.

P Malos tiempos, ¿también para la poesía?

R Quizá sea cierto que la poesía no está bien€ Los poetas a veces se exceden con las metáforas y pierden inmediatez en la relación con el público. Yo he tratado de sacar la verdad de la selección de los poemas que he hecho de León Felipe y lo interpreto como si fuera una obra de teatro. Lo hago así porque no veo otra manera de interpretar la poesía, y afortunadamente la respuesta es positiva.

P El gran protagonista de la obra es León Felipe, a quien tuvo la oportunidad de escuchar.

R Cuando estuvo exiliado en México, durante la Guerra Civil española, la proximidad de Buenos Aires, donde yo vivía por entonces, hizo que viniera con cierta frecuencia. Ahí le conocí, siendo yo un adolescente. Mi relación con él fue como espectador, no llegué a conocerle personalmente, pero al escuchar sus poemas me sentí atraído, confundido. Aquellos textos me movilizaron de tal manera que nunca dejé de pensar en él. Con el paso del tiempo entré en otros derroteros y me dediqué al teatro, y lo perdí de vista.

P Usted lleva desde 1974 en España, donde se exilió tras ser amenazado de muerte en la época de la dictadura militar en su Argentina natal. ¿Teme que, tal y como se precipitan los acontecimientos, España sea víctima de radicalismos?

R Soy muy optimista. Creo que las elecciones clarificarán bastante la situación actual y los extremos, que es lo que más daño hace, serán depurados.

P Da la sensación de que España sigue en deuda con León Felipe.

R En España lo tienen un poco como poeta maldito pero en México lo veneran y lo adoran, le quieren y lo recitan. En España no ocurre eso, es uno más.

P ¿Por qué cree que ha caído en el olvido en España?

R Porque es un poeta molesto y su actitud, más allá de la poesía, está llena de antipatías, como lo reflejan muchos de los poemas que recito. Todo eso conlleva que no ha sido un poeta popular, venerado. Esperemos que nuestra pequeña contribución ayude a resucitarlo. Durante todo el franquismo estuvo vetado.

P ¿Los poetas tienen que ser molestos?

R Según lo que entendamos por molesto. Evidentemente, si alguien dice una verdad, depende de como la diga, puede molestar o herir, o no. También depende de quién reciba eso, y de cómo lo reciba. Lo que sí es cierto es que León Felipe tiene ese motor que está permanentemente activo, con sus simpatías y antipatías, a Picasso por ejemplo, a quien no le tenía ninguna simpatía, no por su obra, sino por su actitudes y lo demuestra en otro de los poemas del espectáculo que se escuchará en Palma.

P ¿Qué podemos aprender del autor de El hacha, Los lagartos, Rocinante y otros poemarios?

R Su amor a la libertad.

P ¿Qué aporta al espectáculo el músico José Luis Merlín?

R Merlín es un músico maravilloso y un excelente guitarrista, con sus temas propios en el espectáculo [y otros de compositores como Joaquín Turina, Astor Piazzolla, Joaquín Rodrigo o Francisco Tárrega]. En la obra me acompaña y me hace sentir muy bien, a mí y también al público. Gracias a él logramos desarrollar nuestra propuesta, la de conjugar música y poesía.

P Una curiosidad, ¿continúa sin móvil?

R Sin móvil, ni ordenador, ni Facebook, ni Twitter€ No me hacen falta para darme a entender, lo que no significa que yo quiera impedir el avance tecnológico.