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Crítica de cine

Estamos solas

Por estrategia empresarial esta película llega a un cine del archipiélago tres meses después de estrenarse en Madrid y Barcelona. Netflix, como productora y difusora vía streaming, está echando un órdago contra el conjunto de exhibidores (salas de cine) mundiales con descarada prepotencia. Intenta replicar el modelo de negocio del fútbol o la Fórmula 1 al cine, con los espectadores como involuntarios peones de la partida.

Lamento expuesto, al grano. Entre los que han visto ya Roma hay un encendido debate acerca de si es una buena a secas, notable, o excepcional película. No la considero esto último por? para esquivar malentendidos enuncio mi principal reparo con una pregunta retórica: ¿Qué refuerza más un guion a favor de las mujeres, personajes masculinos sólidos, matizados, con carácter sin ser necesariamente violentos; u hombres presos de su fanatismo, cobardía o la inercia de sus entornos sociales? O actualizando un refrán: ¿Detrás de cada gran mujer hay siempre un miserable hombre? La realización muestra una contradicción. Un filme concebido como atrapamoscas para captar suscripciones de entretenimiento en el hogar es tan apabullante en una sala grande que dudo que mantenga el impacto en una pantalla de televisión, aunque sea de asequibles 55'. La elección del blanco y negro es interesante porque evita simular efectos tipo Kodachrome; los reiterados 'paneos' de cámara son excesivos, empalagosos. La puesta en escena, la recreación de las revueltas estudiantiles, o las actuaciones son impecables. Resumido: la lucha de las dos mujeres protagonistas y su amistad son muy auténticas; los arabescos de cámara, demasiado epatantes; la marginación de los personajes masculinos y la longitud del filme, dudosos.

Roma

CineCiutat

****

De Alfonso Cuarón. Actores: Yalizta Aparicio, Marina de Tavira, Diego Cortey. Nacionalidad: Estados Unidos, 135 min.

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