Los ciudadanos europeos pueden acceder desde este domingo en cualquier lugar de la Unión Europea a los contenidos en línea que hayan contratado en sus países, por ejemplo Netflix o Spotify, gracias a la entrada en vigor de una nueva normativa europea que pone fin a los bloqueos existentes hasta la fecha.

Los obstáculos a la portabilidad de estos servicios se debían a que la transmisión de contenidos protegidos con derechos de autor, como obras audiovisuales o principales eventos deportivos, suele tener licencias ligadas a un territorio.

La UE impulsó un acuerdo entre las empresas y partes interesadas para eliminar esas barreras a través de un mecanismo que facilita la obtención de las autorizaciones a nivel europeo.

Con las nuevas reglas se avanza hacia el mercado único digital, en respuesta "a los nuevos comportamientos y hábitos de los ciudadanos europeos en el uso de las nuevas tecnologías", explicaron esta semana representantes de las instituciones de la UE en un comunicado.

En adelante los consumidores que se hayan suscrito o hayan comprado servicios digitales en internet de forma legal en su país de residencia podrán acceder a ellos a través de su teléfono móvil, tableta u ordenador cuando se encuentren de forma temporal en otro país de la Unión.

Para evitar "abusos", los proveedores verificarán en adelante el Estado miembro de residencia del usuario y, si el internauta no puede demostrar en qué país vive, la empresa estará autorizada a interrumpir el acceso a sus servicios.

La comprobación se llevará a cabo con un máximo de dos documentos o datos, que podrán ser entre otros un carné de identidad, una cuenta bancaria, una tarjeta de crédito o una factura oficial.

De todas formas, los titulares de los derechos de autor podrán autorizar el consumo de sus contenidos sin la obligación de verificar el lugar de residencia del usuario.

Los servicios en abierto, como los de los canales públicos, también se beneficiarán de la regulación siempre que verifiquen el país de residencia de sus suscriptores.

Según datos de la Comisión Europea, el 30 % de los europeos que ven películas, series y otros vídeos en línea para poder disfrutar de ello, mediante una suscripción a un servicio online o recurriendo a la compra o el alquiler de los contenidos que les interesan.

Hasta la fecha, más de la mitad de esos ciudadanos no tenía acceso través de esos servicios a retransmisiones deportivas en directo al viajar a otro país de la UE y más del 40 % no podía ver películas o series.

Las nuevas reglas se aplicarán a los servicios por los que se ha pagado, pero los proveedores de contenidos gratuitos podrán adherirse a ellas, al igual que los de contenidos en línea, que ya no tendrán que adquirir licencias para otros territorios a los que viajen sus suscriptores.

Según la UE, el gasto de los consumidores en servicios de abono a vídeos aumentó en un 113 % entre 2010 y 2014 y el número de usuarios creció un 56 % entre 2014 y 2015.

La Unión calcula que unos 29 millones de personas, el 5,7 % de los consumidores europeos, podrían recurrir a la portabilidad transfronteriza, y que esa cifra puede alcanzar los 72 millones de aquí a 2020.

"Confiamos plenamente en que los organismos de radiodifusión y las plataformas verán en esta medida una oportunidad para mejorar la satisfacción de los usuarios. Hoy hemos dado un paso más hacia la construcción de un auténtico mercado único digital", señalaron en un comunicado el vicepresidente de la CE para Mercado Único Digital, Andrus Ansip y la comisaria de Economía y Sociedad Digitales, Mariya Gabriel.

También suscribieron la declaración el ministro búlgaro de Transportes, Tecnologías de la Información y Comunicaciones Ivaylo Moskovski, cuyo país preside la UE este semestre y los eurodiputados Pavel Svoboda, responsable de la comisión de Asuntos Jurídicos, y el liberal francés Jean-Marie Cavada.