Hoy en día, el robo de contraseñas es uno de los mayores peligros, por no decir el principal, que alberga Internet. No es raro encontrarse continuamente con noticias de piratas informáticos que se dedican a ´hackear´ cuentas y robar información personal de los usuarios.

Uno de los últimos casos fue el robo masivo de cuentas de Gmail. Un ´hacker´ publicó en un foro ruso cinco millones de nombres de usuario y contraseñas del famoso servicio de correo de Google. Este caso no ha hecho más que avivar la llama de los peligros que se esconcen en la red.

Nos hemos acostumbrado, cada vez más, al uso de Internet en nuestra vida cotidiana. Tanto es así que, en los últimos años, el número de personas que realiza sus operaciones bancarias a través de la red ha crecido enormemente. Lógicamente, esto acarrea graves peligros ya que, aunque las páginas online de bancos y empresas que operan en Internet cuentan con el sistema HTTPS (Protocolo seguro de transferencia de hipertexto), siempre nos asalta la duda de que pasará si los piratas informáticos consiguen hacerse con nuestros datos.

Para evitar que esto ocurra es esencial crear contraseñas seguras y a poder ser no usar la misma para todas nuestras cuentas. Los expertos siempre recomiendan que las contraseñas sean cuanto más difíciles mejor. Utilizar números, letras, símbolos y combinar mayúsculas con minúsculas en contraseñas largas es esencial para crear ´passwords´ fuertes.

Otro de los consejos es utilizar siempre sitios seguros a la hora de registrarse en páginas web en las que vayamos a realizar compras o simplemente en la que tengamos que aportar cualquiera de nuestros datos bancarios. Si en estos casos utilizamos un ordenador público (como los de las bibliotecas o cibercafés) es posible que haya cerca un ´keylogger´ funcionando. Estos programas, los más comunes de lo ´hackers´, capturan las contraseñas recogiendo las pulsaciones del teclado.

Revisar las condiciones del registro de las webs y las ´cookies´ es también muy importante para evitar que los piratas informáticos asalten tu ordenador. El problema de las ´cookies´, la información que el navegador de tu ordenador envía a la página web, viene cuando la página usa ´cookies´ de terceros. Muchos países han legalizado el uso de esta herramienta de internet porque la consideran una amenaza para la privacidad de los usuarios.

También es muy recomendable, para defenderse de los ´hackers´, utilizar un firewall o cortafuegos seguro para proteger tu red. A esto, obviamente, hay que sumarle un antivirus potente para evitar sustos innecesarios en tu ordenador.

Si tienes niños en casa lo mejor es conocer en qué páginas navegan asegurando la red con proxy para filtrar ciertas webs indeseadas y peligrosas.

Cosas como no compartir cuentas con otras personas o no guardar las contraseñas en ordenadores públicos o que compartas con otros miembros de la familia, por muy evidentes que sean muchas veces se pasan por alto y no está mal recordarlas.

Sitios como Gmail, Outlook o muchas páginas web cuentan con sistemas de seguridad propios que bloquean las cuentas después de varios intentos fallidos de Login. Sin embargo, incluso estas empresas recomiendan cambiar las contraseñas de las cuentas cada varios meses. Si te es muy difícil recordarlas todas, existen herramientas de gestión que te ayudarán a almacenarlas.

Las contraseñas móviles: Cada vez más delicadas

La evolución tecnológica ha propiciado que los ´hackers´ hayan dejado sus delitos cibernéticos en ordenadores para centrarse en un nuevo objetivo: Los ´smartphones´ y ´tablets´.

La picaresca malintencionada de los delincuentes virtuales se hace patente de mil formas en nuestros dispositivos móviles. Con la llegada de Internet a los teléfonos, las redes de Wi-Fi públicas han crecido enormemente. Hay que tener especial cuidado con esto ya que, aunque muchas sean seguras, siempre existe ese peligro que conlleva el compartir la misma señal de red otros cientos o miles de usuarios.

La descarga de aplicaciones es otro de los grandes problemas de los ´smartphones´ y ´tablets´, Esta es la manera más efectiva por la que los delincuentes cibernéticos acceden a los datos de nuestros teléfonos.

Muchas veces descargamos ´apps´ u otros documentos pensando que son seguras porque los realizamos a través de las plataformas de distribución oficial de los teléfonos. Sin embargo, estas tiendas online, por muy oficiales que sean, resultan peligrosas porque no hay un control fijo sobre los usuarios que crean aplicaciones o documentos para subirlos en la plataforma.

Por esto hay que prestar especial atención, y esto es algo que se suele pasar por alto, a las partes de nuestros ´smartphones´ a las que estas aplicaciones necesitan acceder para completar su instalación. Lo más habitual a lo que acceden es a nuestra ubicación, la información de nuestra conexión Wi-Fi o a nuestros archivos multimedia. Aunque para muchos esto no sea importante, es sólo cuestión de tiempo que puedan acceder también a nuestras contraseñas.