Cosas ahora impensables como el pronóstico de delitos en tiempo real con sistemas que interpreten datos de miles de imágenes o el telecontrol médico con sensores subcutáneos serán una realidad en un futuro próximo, ha explicado a Efefuturo uno de los mayores expertos en España en inteligencia artificial.

Gracias al uso de sofisticados algoritmos e innovadoras tecnologías las máquinas parecen cada vez más "inteligentes", con capacidades para aprender de su entorno y acumular experiencia, ha señalado en una entrevista con Efefuturo José Manuel Molina, catedrático de inteligencia artificial de la Universidad Carlos III de Madrid y director del grupo de investigación de Inteligencia Artificial Aplicada (GIAA).

Este ingeniero de Telecomunicación, actualmente director del Departamento de Informática de dicha universidad, prevé que, en un futuro cercano, existan tecnologías capaces de interpretar imágenes obtenidas de infinidad de cámaras al mismo tiempo, por ejemplo, de un aeropuerto o un supermercado, para determinar previsibles comportamientos o acciones de las personas que aparecen en ellas.

Así, se podrá conocer en tiempo real a partir del recorrido que va haciendo en un hipermercado un cliente, qué producto le interesa más o incluso vaticinar si alguien prevé robar o cometer algún otro delito.

En la actualidad, existen infinidad de sistemas con multitud de pantallas y cámaras que funcionan por separado y permiten vigilar espacios concretos y seguir el rastro de las personas.

Sin embargo, no existen tecnologías con capacidad para interpretar en tiempo real y de forma conjunta y coordinada todos los datos obtenidos por separado con cada uno de esos sistemas para determinar conductas.

Así lo ha precisado este experto en inteligencia artificial, lógica borrosa, computación evolutiva y redes de neuronas, quien además es autor de 15 libros y decenas de artículos en revistas internacionales.

Según sus pronósticos, es posible que en un futuro no muy lejano la tecnología, aparte de ayudar a vaticinar conductas, también sirva para telecontrol médico de enfermos, a los que se les coloquen nanodispositivos bajo la piel para un seguimiento de su estado de salud las 24 horas del día.

Eso permitirá al paciente seguir una vida normal, al tiempo que se le controlan parámetros biológicos, como el azúcar en sangre, la presión arterial, etc.

De hecho, ya existen sistemas en el mercado con funciones similares, aunque colocados todavía de forma superficial, por ejemplo, adheridos a prendas de vestir.

Es el caso de futbolistas de elite que llevan en sus camisetas de entrenamiento sensores para monitorizar su estado físico y evitar sobreesfuerzos que les puedan acarrear problemas de salud.

Ha insistido en que, aparentemente las máquinas son cada día "más listas": ya existen frigoríficos que avisan cuando escasea el alimento preferido del propietario; vehículos que pitan insistentemente cuando se conduce sin cinturón, etc.

La tecnología está ahí, ha recalcado, pero, en muchas ocasiones, las empresas de desarrollo no saben cómo integrarla para extraer el máximo rendimiento de ella.

Algunos piensan que el llamado "internet de las cosas", con todo interconectado, y las ciudades totalmente "inteligentes" ya están consolidadas, pero "de eso, nada", ha precisado.

Actualmente, hay infinidad de sistemas (teléfonos móviles, cámaras, sensores, etc) y aplicaciones para servicios pero faltan desarrollos que engloben de forma coordinada la infinidad de funcionalidades que existen para que resulten útiles a las personas.

La tecnología no está llegando a todo el mundo, porque "las piezas no son accesibles aún para construir fácilmente esos desarrollos que doten de inteligencia a los sistemas".

"El reto es conseguir que ideas tan bonitas que ya existen se puedan materializar y construir de verdad para dar servicios a la sociedad".

Molina confía en que en unos años esas piezas (sensores, cámaras, etc) se normalicen; una vez que se estandaricen bajarán de precio, se expandirá su uso y se integrarán en servicios para usuarios.