Este miércoles 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física. Los expertos de la Asociación Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) han aprovechado la ocasión para advertir del alarmante sedentarismo existente, que se ha convertido en uno de los factores más influyentes en la mortalidad debido a que empeora considerablemente la salud y acarrea una peor calidad de vida.

Según los médicos, el 70% de la población lleva una vida sedentaria. Además, el 15% de los adultos y el 12% de los niños menores de 12 años tienen obesidad, y la principal causa de esto es, precisamente, la falta de actividad.

Los cambios en nuestro estilo de vida, cada vez más asociado al uso de las tecnologías y menos al esfuerzo físico, son uno de los principales factores que han llevado a esta elevada tasa de sedentariedad. Para llevar una vida más saludable, la Organización Mundial de la Salud recomienda treinta minutos diarios de actividad moderada cinco días a la semana en el caso de los adultos, y una hora de ejercicio todos los días de la semana a los niños y adolescentes.

Hay muchos motivos para aumentar el tiempo que le dedicamos al ejercicio. Las personas que se mantienen físicamente activas enferman menos, viven más tiempo y con una mayor calidad de vida. Al hacer deporte también liberamos endorfinas, lo que hace que nos sintamos de mejor humor y a la larga seamos más felices. Nuestra piel tendrá un mejor aspecto y luciremos mejor. En definitiva, siendo más activos evitaremos el envejecimiento prematuro.

Además, ejercitándonos evitamos los riesgos que conlleva el sedentarismo. Y es que aparte del sobrepeso, ser sedentario favorece la aparición de otras enfermedades como la hipertensión, el incremento del colesterol, el riesgo de padecer cáncer y la probabilidad de sufrir enfermedades del aparato locomotor, como artrosis, osteoporosis o fibromialgia.

Las personas sedentarias pueden sufrir también trastornos del sueño: al no detectar el cerebro cansancio ni necesidad de recuperar fuerzas, es más probable padecer insomnio.