A medida que cumplimos años nuestras rodillas van acumulando esfuerzos y pueden sufrir un proceso de desgaste. El dolor de rodilla es común en las personas mayores, aunque cada vez los más jóvenes también acusan dolores. El más común es el producido por la artrosis u osteoartritis, una dolencia producida por el desgaste del cartílago. El cartílago, la capa de revestimiento del hueso en las articulaciones, tiene una gran capacidad amortiguadora, pero con el paso del tiempo va desapareciendo o se daña, y deja desprotegido al hueso subcondral (rodilla), y da lugar a los síntomas de la conocida artrosis: dolor, inflamación y deformidad progresiva. "Los meniscos y ligamentos también se debilitan con el tiempo y se suman al deterioro global de la rodilla", explica a Infosalus el especialista en Cirugía de rodilla, y jefe de Unidad del Hospital General de Villalba (Madrid), Gonzalo Samitier.

Según indica el experto, la artrosis es la patología más frecuente en las personas mayores, sobre todo en las mujeres, pero también puede afectar a personas con antecedentes de lesión de rodilla, sobrepeso, sobreesfuerzos, o con antecedentes familiares. "Se estima que una de cada 10 personas sufrirá artrosis sintomática de rodilla. Por otro lado, el hecho de tener un desgaste de cartílago, focal o difuso, no implica necesariamente estar condenado al dolor o tener que someterse a una intervención. Hay mucho que podemos hacer para minimizar los síntomas", aclara.

La importancia de trabajar la fuerza y la movilidad

La rodilla artrósica pierde rango de movimiento de forma progresiva y aunque esto no es completamente reversible, hay que esforzarse en mantener la mayor movilidad y flexibilidad de nuestras articulaciones posible. Así, el especialista en Cirugía Artroscópica de Rodilla y Hombro señala que un trabajo específico de la musculatura del muslo, en especial del cuádriceps y de los isquiotibiales, ejerce un papel protector de las rodillas."Ejercicios como las extensiones de rodilla con resistencia desde una posición de sentado, la media sentadilla o actividades como caminar dentro del agua y la bicicleta, son algo sencillo que podemos hacer diariamente para mejorar nuestras rodillas", subraya.

A su vez, indica que el paciente con problemas de cartílago ha de saber adaptarse a lo que más le conviene en el largo plazo, además de priorizar actividades sin impacto, como la bicicleta, la elíptica o la piscina, frente a otras de impacto como la carrera, el salto o el levantamiento de pesos extremos.

Sobre si es mejor estar de pie o sentado frente a estas dolencias, Samitier indica que los pacientes con artrosis acusan a menudo una posición prolongada de pie o el hecho de caminar durante largo tiempo, en especial si el terreno es irregular. "Se debe intentar no llegar hasta el dolor. La inactividad, por otro lado, evita los esfuerzos que pueden desencadenar el dolor y hace que los pacientes con artrosis se sientan mejor sentados o tumbados, pero si eso se traduce en un sedentarismo excesivo entonces perdemos todas las ventajas mencionadas anteriormente. Se ha de buscar un punto intermedio", agrega.

Además, aconseja que si va a caminar o a permanecer mucho tiempo de pie, se utilice calzado adecuado, cómodo y con suela blanda.