La presencia del apéndice en el organismo pasa desapercibida para muchas personas. Sin embargo, la apendicitis es una enfermedad extremadamente común, que afecta al 7% de la población. Aunque en las últimas décadas la incidencia de esta enfermedad ha descendido, es conveniente saber cuáles son sus causas y aprender a identificar sus síntomas.

Según explica a Infosalus el doctor Manuel Díez, del Servicio de Cirugía del Hospital Príncipe de Asturias de la Comunidad de Madrid, el apéndice es una pequeña estructura tubular de unos 5 a 6 centímetros de longitud situada en el principio del intestino grueso, en la parte que denominamos, ciego.

"Tanto estructural como funcionalmente forma parte del colon, así que podría participar en el proceso de absorción-digestión de alimentos, pero su función específica se desconoce. Lo que sí que se sabe es que su ausencia no comporta ningún tipo de defecto funcional", aclara Díez.

La prevalencia de apendicitis aguda en la población española es de 20 casos por 100.000 habitantes y año. Puede presentarse en cualquier edad, aunque es más frecuente en jóvenes de entre 18 y 25 años e infrecuente en niños. En décadas recientes se ha observado una progresiva y constante reducción de su incidencia, así, cada vez son menos los casos diagnosticados y tratados.

"Esta menor incidencia podría deberse a los cambios que ha habido en los hábitos de la dieta en la sociedad occidental. Se ha observado una relación entre la epidemiología de la apendicitis aguda, la diverticulitis de colon y el cáncer colorrectal. Ha aumentado radicalmente la incidencia de cáncer y diverticulitis y se reduce progresivamente la aparición de apendicitis", señala el cirujano del Hospital Príncipe de Asturias.

Origen incierto y rápida evolución

Díez explica que la apendicitis siempre es aguda, de escasas horas de evolución y sus síntomas, aunque graduales, son de corta e intensa evolución. No existe la apendicitis crónica.

El síntoma característico es el conocido dolor en la parte derecha e inferior del abdomen: agudo, de corta duración y de intensidad progresivamente creciente. Los vómitos o náuseas también pueden presentarse, así como la fiebre en fases avanzadas. "Si no se trata adecuadamente puede progresar hacia el desarrollo de peritonitis o absceso abdominal", apunta el facultativo.

Aunque se desconoce cuál es la causa de la apendicitis aguda, en muchos casos tras la extirpación del apéndice se observa que éste estaba obstruido por un cálculo o por heces. "Parece que la obstrucción del apéndice desencadenaría un crecimiento excesivo de las bacterias y la infección local", señala Díez.

Para su diagnóstico, la prueba más importante es una buena exploración física por un médico con experiencia y otras pruebas radiológicas como la ecografía o el TAC (tomografía axial computerizada) pueden ser una ayuda o complemento a una sospecha clínica fundada.

El tratamiento es la extirpación quirúrgica. En casos seleccionados y cuando la apendicitis está en fases iniciales, pudiera ser utilizado un tratamiento antibiótico, como único tratamiento, pero siempre bajo estricto control evolutivo.La Laparoscopia, no exenta de riesgos

La apendicectomía por una pequeña apertura del abdomen (laparotomía) es el arma básica y fundamental de la apendicitis aguda. El cirujano apunta que "esta técnica ha salvado un ingente número de vidas desde que fue descrita a principios de siglo, su coste es escasísimo y los resultados son perfectos".

Es por ello que Díez señala que este tipo de intervención es la referencia de comparación con las diferentes técnicas más modernas que se quieren introducir más recientemente.

En la última década, se ha desarrollado la apendicectomía realizada a través de una vía laparoscópica. Esta técnica ofrece el atractivo de menor dolor, ya que se realiza una menor incisión en la pared abdominal, y una recuperación más rápida.

"El coste de operar por laparoscopia no sólo es incomparablemente mucho mayor que en el caso de la operación tradicional, sino que además se ha relacionado con un mayor número de infecciones intrabdominales postoperatorias (abscesos residuales o peritonitis) por lo que únicamente estaría indicada en apendicitis en fase inicial", afirma Díez.Tras la operación

En condiciones normales se requieren dos días de hospitalización: el día de la operación y alta al día siguiente. Si la apendicitis ha evolucionado a absceso o peritonitis, la estancia se puede ver prolongada en 2 o 3 días.

Al volver a casa, si algo no va bien, los síntomas que deben alertarnos son el dolor en el abdomen, la fiebre o los problemas con el tránsito intestinal. Para una recuperación adecuada, pronta y sin sobresaltos, el doctor apunta 5 consejos básicos:

1. Reanudar la deambulación lo más pronto posible tras la intervención.

2. Comenzar a tomar alimentos tras la recuperación de la anestesia.

3. Controlar el dolor pero sin abusar de analgésicos mórficos intravenosos.

4. Seguir una buena fisioterapia respiratoria que evite la retención de secreciones respiratorias.

5. Evitar el uso de tabaco, que complica la recuperación respiratoria y la recuperación general.