A unos afecta en mayor medida, a otros menos. Hay quien comienza a los 16, otros no empiezan hasta los 25, los más afortunados no lo notarán hasta bien entrados los 30. Pero para todos llega finalmente el día en que notan que han pasado los años y su físico ya no es que solía ser. Engordar con la edad es la tendencia mayoritaria: el cuerpo pierde tersura y gana en kilos y flaccidez. Es el metabolismo, dicen. Pero ¿por qué? ¿Es inevitable?

La periodista norteamericana Erin Browich sostiene que no, que no es inevitable, que se puede corregir la tendencia. Que eso del metabolismo es solo el recurso fácil. Porque si bien sí que es cierto que el metabolismo se desacelera con el tiempo, lo hace a un ritmo mucho menor de lo que nuestro declive nos lleva a pensar.

Tras el dichoso metabolismo, estamos ocultando una realidad que debemos asumir para comenzar a atajar el problema: que con los años, nos hemos acomodado poco a poco y hemos acabado por volvernos mucho más inactivos de lo que éramos antes.Consumo de energía

Como si se tratara de un ordenador, el metabolismo trabaja en tres modos de consumo de energía. Uno será cuando estemos en reposo, otro cuando estemos activos, y otro cuando estemos descansando de esta actividad.

Sí, como lo oyes, el cuerpo también quema energía cuando estamos parados; alrededor del 10 por ciento del consumo diario. Uno de estos momentos es al comer. Porque la comida tiene una propiedad llamada ‘efecto térmico’. ¿Alguna vez te han entrado calores comiendo? Es por esta causa.

Algunos insisten en que se puede aumentar este efecto térmico. Por ejemplo, comiendo picante. Sudaremos más, indicador de que estamos gastando más energías. El té verde, la cafeína, el chili o las guindillas picantes darán un pequeño acelerón al metabolismo, pero no el suficiente como para notar que pierdes kilos.

Por lo demás, la tasa a la que nuestro cuerpo trabaja en estado de reposo se conoce como ‘tasa metabólica en reposo’ y depende de una serie de factores como el sexo de la persona, la altura y la herencia genética. Factores que no se pueden alterar, por mucho que queramos.¡A funcionar!

Así que será más productivo dejarse de remedios para sudar la gota gorda comiendo y recuperar la actividad física.

Porque como es obvio, como más calorías consumirás será siendo activo. Los dos siguientes modos de consumo de calorías son los más importantes: por medio de la actividad física y la posterior recuperación.

Ya sea subiendo escaleras, caminando más o cogiendo la bici, incrementar la actividad que hagas será lo que te lleve a combatir el aumento de peso que estás notando con los años.

Browich aquí refuta otra idea que en general se tiende a aceptar porque parece lógica. Ir al gimnasio contribuye a gastar energía, pero los músculos no consumen tanto como otros órganos. El que más consume, es el cerebro: alrededor del 20% de la energía del cuerpo en ‘modo reposo’, concretamente. El siguiente órgano en consumo es el corazón, cuyo latido se lleva entre el 15 y el 20%. Los músculos en conjunto necesitan un máximo del 25% del total.Menos activos... y más glotones

Parece que no solo nos relajamos a la hora de la actividad física. La periodista nos informa de que también nos volvemos menos conscientes de la cantidad de alimento óptima para nuestro cuerpo.

Con la edad dejamos de controlar nuestro apetito y comemos más. Así que otra medida que tendremos que tomar para dejar de “engordar con los años”, será medir mejor las cantidades.

Una buena idea es comer más despacio. Darás tiempo al cerebro a que se sienta lleno. La señal del estómago a la cabeza tarda en ser enviada de 10 a 15 minutos. Si devoras, estarás ingiriendo más alimento del recomendable. Después llegará esa sensación de estar a punto de reventar, que podrías salir rodando del comedor y que tienes que soltar el botón del pantalón o mover un agujero o dos del cinturón.

Así que tomate tu tiempo, deja las prisas a un lado a la hora de comer, mastica bien la comida, y controla esa voracidad.