Los corredores, los nadadores y los ciclistas están familiarizados con el fenómeno de la 'pájara', que es cuando parece que la conexión entre el cerebro y el cuerpo se ha perdido: saben que todavía están tratando de moverse, pero sienten que hacerlo es más conceptual que físico.

En un artículo que se publica este martes en 'Cell Metabolism', investigadores muestran en ratones la base fisiológica de por qué ocurre este fenómeno, revelando que el entrenamiento no es la única manera de mejorar la resistencia, sino que también puede lograrse utilizando una pequeña molécula para estimular un camino que ya se sabía que se activaba mediante el entrenamiento.

"Resulta que la 'pájara' sucede cuando el cerebro ya no puede obtener suficiente glucosa", dice el coautor Ronald Evans, investigador del Instituto Médico Howard Hughes y director del Laboratorio de Expresión Génica en el Instituto Salk, en Estados Unidos. "Antes creíamos que el entrenamiento mejora la resistencia porque permite a los músculos quemar más eficazmente la grasa como fuente de energía", señala.

Pero en este estudio, estos científicos muestran que es el otro lado de este programa metabólico dual lo que puede ser más importante: el entrenamiento progresivamente reprograma el músculo para quemar menos glucosa, reservándola así como una fuente de energía para el cerebro. El músculo puede utilizar la grasa o la glucosa como su fuente de energía, pero el cerebro se basa únicamente en la glucosa.

Un facor de transcripción

La investigación de las últimas dos décadas de Evans y el coautor del estudio Michael Downes, científico del Laboratorio, se ha centrado en un factor de transcripción llamado PPARd, que activa las vías involucradas cuando los atletas entrenan para aumentar su resistencia. Aquí, los investigadores demuestran que esta adaptación metabólica es dependiente de PPARd y puede ser estimulada molecularmente activando PPARd.

En el primer conjunto de experimentos, bloquearon genéticamente PPARd en los músculos de los ratones y estudiaron los efectos. "Cuando hicimos esto y luego pusimos a estos animales a correr en una cinta rodante, encontramos que los genes que normalmente son inducidos por el ejercicio no fueron activados -describe Downes--. Esto indica que PPARd desempeña un papel central en el ejercicio y que es un importante interruptor molecular de entrada de energía en el músculo".

En la siguiente parte, usaron un fármaco de molécula pequeña para activar PPARd en los músculos de ratones sedentarios y vieron que el fármaco no sólo aumentó la oxidación de la grasa en el músculo, sino que también previno los efectos de la hipoglucemia, o la pérdida de glucosa en la sangre y en el cerebro. Como resultado, los roedores que recibieron el fármaco fueron capaces de aumentar el tiempo que podían correr antes de tener una 'pájara' --de 160 a 270 minutos-- a pesar de no realizar entrenamiento para mejorar su resistencia.

Creen que estos descubrimientos podrían explotarlos los atletas que desean obtener una ventaja competitiva, pero consideran que resultan más prometedores para mejorar la resistencia en la gente que es incapaz de realizar ejercicio por problemas de salud, como los débiles, los ancianos y las personas que están confinadas a la cama tras lesiones o cirugía, así como aquellas afectadas por enfermedades como la distrofia muscular de Duchenne, la fibrosis quística, la caquexia y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

¿Cómo actuar ante una pájara

  1. Tumbar o dejar a la persona tumbada si ha sufrido un desvanecimiento y no tratar de forzar la reanimación ni sentarla. Se puede colocar algún apoyo bajo sus piernas para levantarlas y favorecer así que la sangre alcance más rápido el cerebro
  2. Si está inconsciente tumbar a la persona de lado, con esto se evita que la lengua pueda asfixiarla al estar bocarriba y permite que la lengua caiga de forma lateral sin entorpecer la entrada de aire.
  3. Comprobar si respira bien y está consciente y no practicar ninguna maniobra de reanimación si las constantes vitales están bien. Si no hay latido ni respiración realizar la reanimación cardiopulmonar y llamar a los servicios de urgencia
  4. Aflojar la ropa o prendas que puedan oprimir trascurridos unos minutos.
  5. Si tras 5 minutos la persona no reacciona, a pesar de tener pulso y respirar bien, avisar a los servicios de urgencia.