Es de sobra conocido que comer sano y equilibrado es fundamental para nuestra salud y bienestar. Esta premisa cobra todavía una mayor importancia en el caso de las embarazadas, ya que los hábitos alimenticios juegan un papel muy relevante no sólo en la salud de la madre, sino también en la del bebé que crece en su interior. En este sentido, la nutrición es un factor fundamental para la salud tanto de la madre como del feto durante el periodo gestacional.

La principal pauta que deben tener en cuenta las mujeres es que su alimentación durante esta importante fase de su vida debe ser sana y equilibrada. Debe ser una dieta rica y variada que permita a la embarazada y al bebé recibir los nutrientes fundamentales que su organismo requiere. Por ello es necesario tomar en consideración una serie de consejos y recomendaciones, aunque en ningún caso resulta conveniente obsesionarse con la alimentación.

Pese a ello, si es importante intentar evitar una serie de alimentos que pueden comportar ciertos peligros. Y es que las mujeres embarazadas se encuentran en un grupo de alto riesgo para las enfermedades alimentarias debido a la alteración que sufre su sistema inmune en los meses de gestación. Esto supone que será más difícil combatir ciertos microorganismos dañinos presentes en los alimentos que pueden afectar a la futura madre y a su bebé en desarrollo.

La nutricionista Paloma Ramos despeja algunas de las dudas más frecuentes acerca de los mitos y verdades de la alimentación durante el embarazo y recomienda evitar estos alimentos:

Las ensaladas o verduras crudas deben estar muy bien lavadas ya que existe riego de toxoplasmosis, por ello es recomendable no comer ensaladas fuera de casa y en el hogar lavarlas mucho aunque vayan dentro de una bolsa.

El lucio, el pez espada, tiburón, caballa rey y el atún rojo contienen una alta cantidad de mercurio y metales pesados, por lo que no son recomendables, al contrario que los pescados blancos y el salmón que sí son muy convenientes.

El hígado tiene un alto contenido en vitamina A por lo que un exceso podría provocar problemas en el desarrollo del bebé, sobre todo durante los primeros meses.

Las algas poseen un alto contenido en yodo aunque para que afectaran de forma negativa al embarazo habría que consumirlas en altas cantidades.

Las bebidas estimulantes. En el caso del café y el té no se recomienda superar las 2 tazas al día como máximo. Un consumo excesivo durante el embarazo se ha relacionado con el bajo peso al nacer y el aborto espontáneo.

Las bebidas con gas son poco recomendables porque no aportan ningún nutriente y pueden ocasionarte molestias digestivas como las flatulencias y la sensación de estómago inflado. En caso de tomarlas, mejor sin azúcar.

Los alimentos o guisos muy grasos pueden ser difíciles de digerir debido a que la producción de hormonas durante el embarazo hace las digestiones más lentas.

La especialista se muestra tajante a la hora de prohibir la ingesta de los siguientes alimentos:

Quesos sin pasterizar, blandos o azules ya que tienen riesgo de contener listeria. Son mejores los quesos tiernos, curados o semicurados o los quesos tipo burgos.

Embutidos y fiambres no cocidos por riesgo de toxoplasmosis, aunque si se congelan se elimina este riesgo.

Las carnes crudas o poco hechas también tienen el riesgo de toxoplasmosis.

Foie crudo o micuit.

El pescado crudo en general, ahumado o en salazón, así como crustáceos o moluscos crudos, por riesgo de listeria y anisakis. En el caso del sushi, el pescado debe haber sido congelado a -20ºC durante unas 24 o 48 horas.

La mayonesa casera, las tortillas poco cocinadas o las cremas y los postres elaborados con huevo crudo.

El alcohol está absolutamente prohibido durante el embarazo, ya que se vincula con un aumento del riesgo de aborto, parto prematuro, bajo peso al nacer y complicaciones en el parto. Como sustituto, siempre se puee recurrir a la cerveza 0,0%, que además aporta vitaminas, antioxidantes y minerales.