Es una de las infecciones más temidas por las mujeres en estado gestacional y puede ser capaz de ocasionar la muerte por encefalitis en quienes tienen un sistema inmune comprometido. La enfermedad, en personas con un sistema inmune normal, puede durar entre semanas y meses y sus síntomas son similares a los de la gripe común.

¿Qué es la toxoplasmosis?

Según explica a Infosalus Màrius Vicent Fuentes i Ferrer, profesor de Parasitología de la Facultat de Farmàcia de la Universitat de València, la toxoplasmosis es la enfermedad parasitaria producida por el protozoo 'Toxoplasma gondii' que tiene como hospedador definitivo a félidos domésticos (como el gato) y silvestres y como hospedador intermediario, a animales de sangre caliente como el ser humano.

La infección por 'Toxoplasma' puede producirse por el consumo de su forma de resistencia (ooquiste) de tamaño microscópico a través sobre todo de la contaminación por heces de gato directa o indirecta del suelo, agua de bebida o de riego no bien depurada y verduras, así como por el consumo de carne cruda o poco cocinada de animales de sangre caliente infestados por el parásito (vacas, cerdos, ovejas y cabras, mamíferos de caza mayor y aves de corral y sus huevos o leche cruda).

Otra vía de infección la constituye la transmisión de la madre al feto a través de la placenta o durante la lactancia a través del calostro. La madre debe haber adquirido la infección durante el embrazo o durante el período de lactancia, padeciendo ésta, en ese momento, la fase aguda de la enfermedad. Aunque de forma muy poco frecuente la infección también puede producirse por transfusión sanguínea, en caso de que la persona donante estuviera en la fase aguda de la toxoplasmosis, o por un trasplante de órganos.

7 cuestiones sobre la toxoplasmosis

El profesor Fuentes i Ferrer aclara cuestiones clave sobre la toxoplasmosis:

1. ¿Qué síntomas ocasiona la toxoplasmosis en humanos?

En personas con un sistema inmune normal la fase aguda produce síntomas similares a los de una gripe (fiebre, nódulos linfáticos, dolores musculares, etc.) que pueden durar entre varias semanas y varios meses.

En mujeres embarazadas que padecen la fase aguda durante el embarazo, el parásito puede pasar al feto vía placentaria y provocar abortos no deseados o graves malformaciones fetales. En ocasiones, el feto no se ve afectado, pero éste puede presentar afecciones, fundamentalmente oculares, a lo largo de su vida. En personas inmunocomprometidas puede resultar una importante causa de muerte, generalmente por encefalitis.

La fase aguda se padece una sola vez y se hace crónica a partir de varias semanas o meses, y permanece así durante toda la vida de la persona parasitada, habitualmente sin más síntomas aparentes. Sin embargo, una persona en fase crónica puede volver a sufrir una fase aguda en caso de inmunosupresión natural o inducida (sida, tratamiento post-trasplante de órganos, etc.).

2. ¿Qué repercusiones en la salud pública tiene la enfermedad?

No se conoce con exactitud la incidencia en la población, pero se estima que el 30% de la población mundial está parasitada por 'Toxoplasma gondii'. Esta prevalencia de parasitación oscila entre el 16 y el 80% en función de los hábitos alimenticios de cada sociedad y del contacto con felinos domésticos y/o silvestres que puedan contaminar con sus heces las aguas de riego y de bebida y los vegetales de uso alimentario.

En España, varios estudios epidemiológicos han mostrado de forma reciente que el 15% de la población podría estar parasitada, es decir, presenta anticuerpos anti-Toxoplasma, que se corresponderían con la fase crónica de la parasitación, una prevalencia inferior al del resto del oeste europeo (25%).

Estudios recientes han demostrado que la toxoplasmosis, a través de las formas latentes de la fase crónica presentes durante varios años en los tejidos humanos (incluido el cerebro), podría ser la responsable indirecta de cientos de miles de muertes debidas a accidentes de tráfico y accidentes laborales, suicidios e incluso un importante riesgo de esquizofrenia.

3. ¿Qué población es la más afectada por toxoplasmosis?

La población más afectada es la que tiene hábitos de consumo de carne cruda o poco cocida, la que consume verduras crudas contaminadas con el parásito, no lavadas y desinfectadas adecuadamente, y la que tiene contacto con gatos infectados, sobre todo los que no están sometidos a un régimen casero total. Además, de forma especial, todas las personas inmunocomprometidas o con un sistema inmunitario debilitado están en riesgo. Cabe hacer especial mención al riesgo que supone padecer la fase aguda en embarazadas o lactantes.

4. ¿Cómo se diagnostica la infección?

La toxoplasmosis se diagnostica mediante pruebas inmunológicas que determinan si la persona parasitada se encuentra en la fase aguda o en la fase crónica. Distinguir entre ambas fases es fundamental para las mujeres embarazadas por el riesgo que supone sufrir la fase aguda durante la gestación y lactancia, y en personas inmunocomprometidas.

5. ¿Cuál es el tratamiento de la toxoplasmosis?

En personas inmunocompetentes y en mujeres no embarazadas no se lleva a cabo tratamiento alguno contra la toxoplasmosis, tanto porque no es necesario como porque no se diagnostica. El único tratamiento, de forma inespecífica, es el sintomático habitual en el tratamiento de una gripe que es lo que la persona parasitada creerá que pueda padecer durante la fase aguda. En mujeres embarazadas o lactantes y personas inmunodeprimidas en fase aguda se emplean antiparasitarios como la espiramicina o la combinación de pirimetamina y sulfadiazina.

6. ¿Qué medidas preventivas pueden emplearse para evitar la infección?

El sistema nacional de salud establece una prueba inmunológica para mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas. No se lleva a cabo el diagnóstico de la toxoplasmosis en los mataderos aunque se recomienda a la población de riesgo el consumo de carne bien cocinada (67ºC), el lavado y desinfección de frutas y verduras, poner especial atención al consumo de embutidos ahumados y curados, así como evitar el contacto con gatos y sus excrementos, sobre todo aquellos que circulan de forma libre entre la calle y las casas. La congelación de la carne, a veces incluso a -20ºC, no resulta totalmente segura.

El manipulador de alimentos, tanto a nivel colectivo como individual, también debe lavarse las manos siempre después de haber contactado con gatos, sus excrementos o donde estos pudieran haber estado.

7. Falsas creencias sobre la toxoplasmosis y los gatos

'Los gatos aparentemente sanos no son capaces de transmitir la toxoplasmosis'. No es cierto, ya que generalmente los gatos tampoco tienen síntomas con los que se pueda relacionar la parasitación y sin embargo pueden estar eliminando las formas de resistencia infestantes con sus heces.

'Solamente los gatos pueden transmitir la toxoplasmosis'. Esta es una creencia errónea, ya que otros félidos, como los silvestres, pueden contaminar el agua de riego, el agua de bebida y los vegetales.

'Los gatos criados en casa no padecen la toxoplasmosis'. Los gatos criados en casa no padecerán la toxoplasmosis si son alimentados exclusivamente con comida deshidratada o enlatada, no tienen contacto con otros gatos y no tienen posibilidad de alimentarse de roedores o pájaros de la casa o del jardín.