Al menos cuatro de cada cien españoles sufren apnea del sueño, un trastorno respiratorio que duplica el riesgo de padecer un ictus y aumenta la incidencia del cáncer.

Los expertos destacan los peligros de una enfermedad "relativamente nueva para la opinión pública" con motivo del Día Mundial del Sueño. Esta patología -que provoca pausas en la respiración durante el sueño- está relacionada con los problemas cardiovasculares o el cáncer.

Son algunas de las conclusiones que ha presentado hoy un grupo de especialistas en una jornada organizada por la Sociedad Española del Sueño (SES) bajo el lema "Respira bien, duerme mejor, es salud".

El 63 % de las personas con problemas cardiovasculares experimenta apneas del sueño, que también pueden estar asociadas a la demencia vascular o el Alzheimer, tal y como advierte el coordinador de un grupo de estudio de la Sociedad Española de Neurología, Hernando Pérez.

Este trastorno respiratorio afecta a casi el 25 % de los roncadores, suele causar problemas de atención o cansancio injustificado y aumenta la frecuencia de crisis epilépticas en pacientes de este tipo.

Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía de Tórax, el doctor Nicolás González Managado asegura que la apnea del sueño es un "problema de salud pública infravalorado" y su prevalencia es mayor de lo que se piensa, ya que suele ser "asintomático".

Aunque una persona con apnea del sueño tiene más probabilidades de padecer un tumor de cualquier tipo, existe una incidencia ligeramente superior en cáncer de pulmón o gastrointestinal.

"El desarrollo tumoral es más rápido en animales de laboratorio con apneas", añade González Mangado, quien establece que la "epidemia de la obesidad" tiene mucho que ver con este trastorno: el 40 % de las personas obesas dejan de respirar durante breves períodos de tiempo por la noche.

Por tanto, la pérdida de peso suele ser un requisito imprescindible para abordar el problema. También existen tratamientos quirúrgicos para reducir la roncopatía intensa y aparatos especiales que sujetan la lengua para evitar el ronquido. La regla de oro es "no automedicarse".

Hay otros factores que aumentan el riesgo cardiovascular, como "dormir menos de seis horas al día". La doctora Teresa Canet (SES) subraya la importancia del descanso en los más pequeños: cualquier desorden en este ámbito "afecta a su crecimiento" y puede causar alteraciones en la conducta.

De hecho, una cuarta parte de los niños diagnosticados como hiperactivos en realidad son víctimas de la apnea del sueño. ¿Cómo detectarla? Si aparece tres días a la semana durante tres semanas seguidas, es importante acudir a la consulta.

Canet recomienda observar el comportamiento de los pequeños durante el día: fracaso escolar, exceso de actividad o cansancio y demasiadas pesadillas son síntomas de que algo va mal. Aún así, este problema desaparece al crecer en el 80 % de los casos.

Aporta, además, las claves para lograr un sueño reparador a cualquier edad: nada de alcohol o tabaco después de las cuatro de la tarde y cuidado con los estímulos luminosos por la noche.

En este sentido, Pérez recuerda que llevarse el móvil o la tableta a la cama tiene efectos negativos en el sueño. "Afectan a la hormona de la melatonina, que se regula en función de la luminosidad", precisa.

Tampoco ayuda trasnochar con programas de televisión que no acaban nunca, ni cenar como un rey poco antes de acostarse.

Lo mejor es establecer horarios regulares del sueño, salir a la calle para disfrutar de la luz natural y hacer un poco de ejercicio cada día. Así será más fácil dormir siete horas y media del tirón.