El embarazo humano tiene una duración de 40 semanas pero a partir de la semana 37 el bebé ya está listo para nacer. Cuando el parto se presenta antes de lo esperado, el peso y la maduración del bebé determinan su paso o no por las unidades de neonatología. Las causas del parto pretérmino son múltiples aunque en ocasiones existen actuaciones que ayudan a retrasarlo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece una clasificación en cuatro grupos según la prematuridad de los recién nacidos: prematuros tardíos (34-36 semanas); moderados (32-34 semanas); muy prematuros (28-32 semanas) y extremadamente prematuros (por debajo de las 28 semanas). Por debajo de las 24 semanas de vida los bebés no pueden sobrevivir por la gran inmadurez de su organismo. Sin embargo, neonatos extremos que han nacido en esta línea límite de la semana 24 han conseguido salir adelante gracias a los avances médicos que se han desarrollado en los últimos años y al amor de sus padres.

Evitar el parto pretérmino

Según explica Francisco López, ginecólogo del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda de la Comunidad de Madrid el parto pretérmino es multicausal, aunque sí se conocen algunos factores de riesgo que predisponen a las madres a un parto anticipado como las infecciones, la hipertensión, la diabetes gestacional o las gestaciones múltiples. En los casos en que la madre tenga alguno de estos factores de riesgo se realiza un seguimiento más estrecho de su embarazo con controles mensuales.

Lo más novedoso para controlar los partos pretérmino consiste en tomar la medida del cuello del útero en la semana 20 de embarazo mediante una ecografía, señala López. Aquellas mujeres cuyos resultados muestren un cuello acortado tienen la opción de recibir más cuidados y seguimiento además de recibir una medicación con progesterona o la implantación de un pesario, un anillo de goma que se coloca en el cuello uterino.

Aunque el especialista señala que estos tratamientos no tienen éxito al cien por cien, sí que mejoran el pronóstico y disminuyen los riesgos. Sin embargo, aún se desconoce cuál puede ser el método más eficaz, por lo que desde hace un año y medio se coordina desde el hospital madrileño un estudio multicéntrico denominado PESAPRO en el que las mujeres con mayor riesgo pueden participar si lo desean a través de una asignación aleatoria de uno u otro tratamiento.

En el estudio PESAPRO, en el que López es investigador colaborador, participan centros de distintas Comunidades Autónomas y está dirigido por las doctoras Cristina Martínez y Sara Cruz desde este hospital de Madrid.

Cuando el parto se adelanta

Según explica Ana Malalana, neonatóloga del hospital madrileño, en estos bebés hay que distinguir entre su edad cronológica y la edad corregida, esta última se obtiene al restar a la de nacimiento las semanas de anticipación con las que ha nacido. Así, por ejemplo, un bebé sietemesino al año de edad cronológica tendrá que 'hacer' las mismas cosas que un bebé de 10 meses nacido a término (edad corregida) y como tal se evaluarán los distintos aspectos de su desarrollo.

Existen casos en los que el bebé que nace entre las 34 y las 37 semanas no tiene que ser ingresado en la unidad de Neonatología, un ingreso que es obligatorio por debajo de esta semana ya que los bebés suelen presentar problemas en aspectos como el control de la temperatura corporal, la capacidad para alimentarse o los niveles de glucosa. Además, cuando el bebé tiene un peso inferior a 1,5 kilogramos es siempre necesario su ingreso.

En el caso de los muy prematuros, por debajo de la semana 32 de nacimiento, es necesario además el uso de ventilación mecánica u otros dispositivos para ayudar a respirar al bebe y compensar la inmadurez de sus órganos. Según explica Malalana, se realizan alrededor de 35 ingresos de neonatos al año en su Unidad, que tiene capacidad para 14 bebés tratados con cuidados intensivos (6-7 plazas) o medios (8 plazas).

Crear el vínculo familiar

Durante su paso por Neonatología los padres pueden acudir en cualquier momento del día a visitar y estar con su bebé; de hecho, los especialistas promueven la creación del vínculo y dan apoyo a los padres a través de un psiquiatra perinatal en los casos en los que existe mayor conflicto emocional.

La especialista explica que en muchas ocasiones los padres no están preparados psicológicamente para hacer frente a un nacimiento inesperado y a un bebé tan pequeño y rodeado de tantas medidas clínicas. Además, se promueve la lactancia materna ya que favorece el pronóstico del bebé y para la madre supone participar de forma activa en la recuperación de su hijo con la consiguiente repercusión positiva en su estado de ánimo, señala Malalana.

En este sentido, la neonatóloga explica que en el hospital madrileño tienen la oportunidad de ofrecer a los padres un periodo de adaptación tras el alta médica de la Unidad de Neonatología, que suele producirse cuando el bebé alcanza el momento temporal en el que le hubiera correspondido nacer a las 40 semanas de gestación. Entonces, los padres pasan a una habitación de la planta de Pediatría donde se adaptan a la nueva situación en la que el bebé pasa a depender de ellos sin la atención continua del personal médico, como sucederá en su domicilio.

Por último, señalar que estos bebés prematuros reciben un seguimiento médico a lo largo de sus años de desarrollo tras recibir el alta, a los 3, 6, 9 y 12 meses de edad corregida y después a los 18 y 24 meses para finalmente recibir revisiones de forma anual.

Los profesionales de los departamentos de Obstetricia y Ginecología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda ofrecen en estas semanas sesiones informativas de puertas abiertas sobre todo el proceso de embarazo, parto y los momentos iniciales de la vida del bebe.