Puede que los haya más rápidos, ligeros, dinámicos o potentes... pero difícilmente más atractivos. El Lexus LC500 es un prototipo reglamentado para poder rodar por la calle. El sueño de un diseñador hecho realidad. Un coche que te asegura ser el centro de todas las miradas y que te hace sentir distinto y por encima del resto, ya que estás conduciendo una auténtica obra de arte.

Tanto es así que ha sido uno de los vehículos de prueba en los que más tardamos en ponernos a sus mandos. En muchas ocasiones ni si quiera sabemos de qué color es el coche en el que vamos porque cuando nos dejan una unidad lo que queremos es ver cómo va y analizar todos sus matices dinámicos. Pero con el LC500 no veíamos el momento de dejar de dar vueltas sobre él y dejar de observarlo.

Tras haberlo ´escaneado´ por completo, accedimos al interior. Donde volvimos a demorar el arranque del motor para de nuevo deleitarnos con el buen gusto empleado por los ingenieros de Lexus a la hora de confeccionar el habitáculo. Líneas maestras, materiales de la mejor calidad e integración lógica de la tecnología. Así se podría resumir a muy grandes rasgos el interior del LC500, ya que si seguimos centrados en el apartado de diseño no hablaríamos del comportamiento de este deportivo.

Distinto al resto

En la presentación del LC500 nos quedamos con las ganas de comprobar todo el potencial de este coche, ya que pese a estar en un circuito extraordinario como el de Ascari, el mal tiempo impidió que pudiésemos rodar todo lo rápido que hubiésemos querido.

Al no realizar la prueba en circuito tampoco pudimos en esta ocasión exprimir al máximo el LC500, pero al menos sí comprobar sus nobles reacciones sobre pavimento seco. Quizá el inicio de este reportaje pueda llevar a engaño, ya que parece que estemos diciendo que el LC500 es un coche lento y tosco, cuando no es en absoluto así. Este modelo monta un vigoroso motor V8 de 5.0 litros, que con 477 cv y 540 Nm de par motor, lo catapulta de 0 a 100 km/ en 4,7 segundos y le permite alcanzar 270 km/h. Son unas cifras imponentes, pero por debajo de las de aquellos deportivos que en la horquilla de los 140.000 euros que cuesta el LC500, creados exclusivamente para ofrecer altas prestaciones y un dinamismo radical.

Pero el modelo japonés no pretende rivalizar en estos aspecto con ellos. Está pensado para disfrutar igualmente yendo rápido o lento, por carretera o puerto de montaña, y lucir independientemente del contexto que por el que se circule. Únicamente podrían echar en falta más deportividad conductores muy muy experimentados o auténticos pilotos. Porque tras probarlo a conciencia podemos asegurar que que damos lejos de llevar al límite las posbilidades de este coche. 477 cv para el eje trasero son muchos caballos que dominar y más con un peso de dos toneladas. Para nuestro nivel de conducción y para el de la grandísima mayoría de usuarios, el LC500 tiene prestaciones más que de sobra cuando se le buscan las cosquillas.

Al seleccionar el modo más deportivo de los que ofrece el LC500, se potencian las prestaciones para lograr unas aceleraciones desde parado y en recuperaciones vertiginosas, gracias entre otros aspectos al magnífico trabajo del cambio automático de convertidor de par y 10 relaciones que se asocia al V8. El paso por curva es extremadamente rápido y estable, merced a un chasis y una carrocería con materiales tan ligeros como rígidos; la dirección directa y fiel a las reacciones del volante; las suspensiones lo suficientemente rígidas como para olvidar que estamos a los mandos de un deportivo de dos toneladas, y el sonido del V8 tan hipnotizador como adictivo. ¿Qué más se puede pedir?

Doble personalidad

En cambio, lo que es imposible que te ofrezcan otros deportivos de con similar ficha técnica que el LC500, es ese extraodinario confort de marchas, calidad de vida a bordo y la sensación de lujo y distinción que ofrece el modelo nipón.

Para comenzar, y pese a su estilizada carrocería coupé, ofrece cuatro plazas en su interior, algo de lo muy pocos deportivos pueden presumir. Y menos de brindar a su vez un maletero de 197 litros y formas muy aprovechables. Además, la ergonomía es envidiable en la plazas delanteras y cuenta con todos los extras y soportes tecnológicos de los turismos más exclusivos del mercado.

Estamos por tanto ante un deportivo distinto a los demás en muchos aspectos, pero sobre todo por su diseño y combinación de prestaciones y confort para el día a día.