l Rio es el último miembro de la familia Kia en recibir el acabado GT-Line, que imprime a los vehículos de la gama coreana un carácter mcho más deportivo. Así se percibe a simple vista en su aspecto exterior, al contar con elementos clave de esta versión como la parrilla “tiger-nose” con acabado cromado y negro brillante, luces antiniebla LED tipo “cubito de hielo”, salidas de escape cromadas, luces diurnas LED, marcos cromados en las ventanillas, spoiler negro brillante, estribos resaltados y llantas de aleación exclusivas GT-Line de 17’’.

En el interior también impera un ambiente racing con asientos de cuero sintético negro con costuras grises, volante achatado también es de cuero, y remates metálicos en las puertas y palanca de cambios y, de efecto fibra de carbono en el salpicadero.

Además de por su aspecto deportivo, las versiones GT-Line se distinguen por su generoso equipamiento ya que este acabado está entre los más exclusivos de la gama. De este modo el Rio GT-Line puede contar con el sistema HMI integrado en la pantalla flotante de 7,0” (18 cm), y que incluye navegación, Apple CarPlay y Android Auto para una integración total del smartphone. Otros elementos destacados son: la cámara de visión trasera para maniobras de aparcamiento y luces adaptativas, además de un sinfín de sistemas de seguridad que hacen del Rio uno de los coches más seguros de su categoría (seis airbags de serie, asistente para evitar colisiones frontales, reconocimiento de peatones, aviso de cambio involuntario de carril...).

Diversión al volante

Cuando llegue al mercado a finales del primer semestre de 2018, el Rio GT-Line lo hará con el motor de tres cilindros T-GDi de 1.0 litros, que proporciona una potencia máxima de 120 cv a 6.000 rpm, con 172 Nm de par disponibles desde 1.500 hasta 4.000 rpm, para una flexibilidad máxima en todas las condiciones de circulación.

Este propulsor, unido a una caja de cambios manual de seis velocidades, asegura que el Kia Rio GT-Line sea muy divertido de conducir, a lo que contribuye también la una buena estabilidad y la respuesta rápida que permite su excepcional chasis. Y lo mejor de todo es que las elevadas prestaciones del motor de 120 cv se combinan con un consumo de combustible de tan sólo 4,7 l/100 km, lo que corresponde a unas emisiones de CO2 de 107 g/km.