Desde su lanzamiento teníamos mucha curiosidad por probar el nuevo Range Rover Velar, un modelo que por medidas (4,8 metros), diseño y precio (desde 60.000 euros) se sitúa entre entre el Evoque y el Range Rover Sport. Nuestros deseos tuvieron una respuesta inmejorable, ya que tuvimos acceso a la edición más exclusiva denominada First Edition, y que cuenta con el mayor equipamiento posible. Hacía tiempo que un coche no nos dejaba tan asombrados, por su calidad, tecnología, lujo y sofisticación. Y es que subir a bordo de esta edición es como viajar en bussines class.

En asientos y zonas de contacto está revestido con piel Windsor perforada, el techo está guarnecido en Alston y los elementos ornamentales en fibra de carbono. Los comodísimos asientos en piel Windsor ofrecen hasta 20 reglajes con función de memoria, masaje y climatización. Los asientos traseros y el volante -que cuenta con un diseño elegante y ergonómico y botones capacitivos- también están calefactados. El sistema de sonido es un Meridian de 1600 W con 22 altavoces y un subwoofer de dos canales.

Otros elementos destacables del habitáculo son las granes pantallas digitales. En la consola central hay una superior de 12,3 pulgadas que puede recibir y mostrar gran cantidad de información, ofrecer entretenimiento y datos de seguridad activa, y una inferior con la configuración del vehúculo donde se muestran los disntintos modos del sistema Terrain response. Y todo esto son sólo algunos ejemplos de todo lo que integra el acabado First Edition.

Multidisciplinar

El motor está al mismo nivel que el resto de elementos de este lujoso Velar. La unidad de pruebas montaba un motor de 6 cilindros con 3.0 litros que desarollaba 300 cv y 700 Nm de par motor, unido a un excepcional cambio de marchas automático de 8 relaciones.

Este bloque mueve con soltura las más de dos toneladas del vehículo, y lo hace además con una suavidad envidiable a ritmos bajos y con una agilidad pasmosa a alta velocidad. En esta dualidad es donde entra en juego el sistema Terrain Response de Land Rover. Con él se puede seleccionar hasta cinco modos de conducción: Dynamic, ECO, Confort, Nieve, Arena, tal y como se refleja con una atractiva presentación en la pantalla inferior de la consola central. Cada una de estas posiciones modifica el recorrido y la dureza de las suspensiones, el trabajo de los diferenciales activos, la respuesta del acelerador, la entrega de par, e incluso la efectividad de los frenos, para adaptar el Velar a cualquier situación de conducción.

Dada la sofisticación del vehículo no nos sorprendió la calidad de vida a bordo que brindaba con el modo Confort, pero sínos dejó perplejos el modo Dynamic, ya que dota a este gran todoterreno de unas condiciones deportivas inesperadas. Gracias a la plena entrega de sus 700 Nm de par la aceleración es brutal, el paso por curva rápido por la rigidez que adquieren las suspensiones, la dirección es muy precisa y las frenadas enérgicas. Si no se olvida que vamos a los mandos de un coche de más de dos mil kilos y los riesgos que ello conlleva, podemos pasar momentos muy divertidos a los mandos del Velar.

Pero a su vez, y como buen Land Rover, es un formidable todoterreno. Sólo la pericia del conductor y, en este caso unas ruedas con unas llantas de 22 pulgadas y un perfil de 40 -totalmente desaconsejable para el off-road- marcan los límites del Velar más allá del asfalto.

Y lo mejor es que sea donde sea se goza siempre de una calidad de vida a bordo insuperable.