Con el buen recuerdo de la prueba que hicimos del Mazda3 nos dispusimos a analizar su versión con carrocería SportSedan, o lo que es lo mismo, el modelo de 4 puertas.

La principal diferencia entre ambos radica en su longitud. El SportSedan es 11 cm mayor, debido un tercer volumen en la zaga para poder albergar el maletero de 419 litros por los 364 litros del modelo original. Lo que no varía es la distancia entre ejes, por lo que ambos ofrecen la misma habitabilidad.

El maletero se ha integrado de forma excepcional en el diseño del Mazda3, por lo que no pierde ni un ápice de su atractivo. Pero lo más importante de todo es que ese ´lastre´ posterior no varía en absoluto el excepcional comportamiento del modelo compacto de la marca japonesa. Lo cierto es que teníamos algo de ´miedo´ a que así fuese, ya que como decíamos, tenemos un muy buen recuerdo del comportamiento del Mazda 3 ´corto´.

El SportSedan sigue brindando ese Jinba-Ittai común en todos los coches de la marca japonesa. Esta palabras describe la unión que existe entre el hombre y la máquina, algo que se percibe nada más ponerse a los mandos del Mazda3. Desde la confortable postura de conducción, la facilidad con la que se accede y manejan todos los mandos de la consola central, pasando por la intuitiva interface del sistema MZD Connect, hasta un manejo del coche increíblemente sencillo y placentero, es resultado de un increíble trabajo de los ingenieros de Mazda para lograr ese ´drive together´ que anuncian en su lema principal.

El Mazda3 SportSedan es tan suave en su manejo y fiel en su comportamiento, que en conducciones relajadas casi parece que se conduzca solo. Esta misma sensación trasladada a largos desplazamientos tiene como resultado una conducción libre de estrés y fatiga. Pero no hay que pensar por ello que este modelo está falto de carácter, ya que su buen aplomo y directa dirección, hace que sea un coche muy divertido de conducir en tramos de curvas.

Eficiente potencia

En el rendimiento del motor gasolina 2.0 de 120 cv encontramos la misma y compleja dualidad que en el comportamiento del vehículo. Muestra una doble personalidad para adaptarse a las necesidades del usuario. Cuando se conduce de una forma relajada actúa de un modo suave y tan silencioso que a veces parece que incluso se haya detenido, por no hablar de los excelentes índices de consumos que es capaz de lograr. Pero por contra, cuando se precisa algo más de rendimiento parece que sus 120 cv se multipliquen ya que son capaces de mover el coche con una agilidad y eficacia sorprendente, gracias en parte al buen cambio manual de seis relaciones.