La "mayor" apuesta de Opel en el segmento SUV se llama Grandland X y llega para completar la familia ´X´ de la marca alemana, tras la renovación del superventas Mokka X y el lanzamiento del Crossland X.

Se trata de un atractivo todocamino de 4.477 milímetros de longitud -20 centímetros más que el Mokka X-, 1.856 milímetros de ancho y 1.609 milímetros de altura, es decir, uno de los todocaminos compactos más grandes del segmento. Esto se debe a que uno de los principales objetivos de los diseñadores a la hora de crear el Grandland X era ofrecer una extraordinaria calidad de vida a bordo, lo que inevitablemente pasa por disfrutar de un gran habitáculo. Con 2.675 mm de distancia entre ejes, los pasajeros de la fila posterior gozan de un buen espacio para las rodillas, lo que se suma a una anchura igualmente generosa que permite albergar en el interior cinco cómodas plazas individuales. Y lo mejor de todo es que para ello no se ha sacrificado ni un milímetro del maletero, que ofrece nada menos que 514 litros, ampliables a 1.652.

Interior ergonómico

Pero la ya citada calidad ed vida a bordo va mucho más allá de un gran habitáculo. Para conformar el interior se han utilizado materiales de buena calidad, y se ha mejorado mucho en la distribución y ergonomía de los mandos del vehículo. El panel de instrumentos y la consola central con pantalla táctil están claramente dispuestos y alineados horizontalmente con el conductor. La consola central tiene tres filas horizontales de controles para un acceso rápido e intuitivo a las funciones multimedia, de control de climatización y del chasis.

Todo ello sumado a las abundantes regulaciones de asientos y volante hace que sea muy fácil sentirse a gusto a los mandos del Grandland X, como pudimos comprobar durante la toma de contacto que tuvimos con él en Fráncfort.

Dos motores para empezar

La oferta de motores del Grandland X en el momento de su lanzamiento comprende únicamente dos alternativas: un turbo de 1.2 litros con 130 cv y un turbo diésel de 1.6 litros con 120 cv. Ambos propulsores se pueden combinar con una moderna transmisión manual de seis velocidades o una transmisión automática de seis velocidades optimizada frente a la fricción, e incorporan tecnología Start/Stop de serie.

Durante la presentación tuvimos la oportunidad de probar los dos motores. Empezamos el día con el diésel acoplado al cambio automático de convertidor de par de seis relaciones. Esta combinación aporta un gran confort, ya que el cambio es capaz de hacer trabajar el motor de una forma suave, y con una entrega de potencia contundente y progresiva. No se trata de un motor demasiado ruidoso, lo que sumado al buen aislamiento hace que no se filtren molestos ruidos en el interior.

El gasolina, por defecto, va acoplado al cambio manual y tiene un carácter distinto al primero. Sus reacciones son más vivas a baja velocidad pero le falta después esa patada típica de los turbo diésel. Con todo es también un buen motor que, como su hermano, no tiene ninguna dificultad para mover con soltura al Grandland X en cualquier circunstancia.

Esta oferta mecánica se ampliará a partir del próximo año con un motor diésel más potente que alcanzará los 180 cv y con un cambio automático más avanzado de 8 velocidades. Además, el Grandland X se convertirá en el primer modelo híbrido enchufable de la marca Opel.

firme en cualquier terreno

El carácter todocamino de este vehículo queda patente con la utilización de la tracción electrónica opcional IntelliGrip, que asegura el mejor agarre a la carretera en cualquier situación de conducción, gracias a sus cinco modos de conducción: Normal, Nieve, Barro, Arena y ESP Off. Este último Permite desactivar el control electrónico de estabilidad (ESP) y las ayudas a la tracción hasta 50 km/h para dar completa autonomía al conductor. Por seguridad, IntelliGrip vuelve automáticamente al modo normal a velocidades superiores a 50 km/h. El sistema adapta entonces la distribución del par a las ruedas delanteras, permite el deslizamiento de la rueda si es necesario, y ajusta con la transmisión automática los puntos de cambio, así como la respuesta del acelerador. Esto garantiza la mejor tracción y un comportamiento estable bajo cualquier circunstancia.

tecnología de vanguardia

Como en todos los nuevos lanzamientos de Opel, la tecnología está muy presente en el Grandland X. No sólo disfruta de los últimos avances de seguridad y de una oferta de primera clase en sistemas de asistencia, sino que además Opel cumple de nuevo en este modelo su compromiso de liderazgo en tecnología de iluminación y hace uso de la mejor conectividad con la última generación de sistemas IntelliLink compatibles con Android Auto y Apple CarPlay y el asistente personal de conectividad y servicio Opel OnStar, que incluye punto de acceso Wi-Fi1 y nuevos servicios como la reserva de habitaciones de hotel2 y la búsqueda de aparcamiento3.

Estamos por tanto ante un coche con todos los ingredientes para ser la gran apuesta de Opel en el segmento de los todocaminos compactos.