Las emisiones nocivas y la eficiencia de los actuales motores de combustión se han convertido en los principales quebraderos de cabeza para la industria del automóvil. Conscientes de la creciente conciencia ecológica por parte de los usuarios y de las cada vez más exigente regulaciones gubernamentales, los fabricantes no han cesado de desarrollar soluciones alternativas a las tradicionales, entre las que el Gas Licuado del Petróleo -GLP- ha adquirido un notable protagonismo.

Ford ha sido una de las marcas que ha apostado por este combustible más limpio y respetuoso con el entorno que los carburantes habituales. Bajo el nombre de Autogás, la firma del óvalo cuenta con un destacada gama de vehículos propulsados por GLP. Los actuales catálogos Fiesta, B-Max, Focus y C-Max forman parte de esta línea de producto que se presenta como una respuesta real a las exigencias del usuario por disponer de una movilidad más económica y menos agresiva con el medio ambiente. En todos ellos se parte de un motor de gasolina, cuya a adaptación al GLP se hace en la misma fábrica.

Gasolina+glp

En el caso de los utilitarios y monovolúmenes de corte urbano Fiesta y B-Max, el motor escogido es el 1.4 Duratec con potencias de 92 y 86 cv, respectivamente. En los compactos Focus

y C-Max, se basa en el 1.6 Ti-VCT de 117 cv.

Una de las grandes ventajas de esta gama de vehículos es que cuentan con dos depósitos, uno de gasolina y otro de Autogás. Gracias a ello pueden funcionar con cualquiera de los dos. Basta con seleccionar el combustible que se desee a través de un interruptor situado en el salpicadero. De esta forma, si se agota un combustible se puede circular sin ningún problema con el otro, a la vez que se ofrece una autonomía extendida que, según Ford, se sitúa en todos los casos por encima de los 1.200 km, llegando en el caso de Focus a alcanzar los 1.400 km.

Ahorro doble

Como media, tanto en España como en Europa, el precio del Autogás es un 50% más barato que el de la gasolina o el diésel. Así mismo, los vehículos que funcionan con Autogás tienen menores costes de mantenimiento, los motores sufren un menor desgaste, incrementándose así su vida útil y los cambios de aceite son más dilatados en el tiempo.