Más de uno le llamará la atención el titular de esta columna, que viene provocado por la noticia que saltó esta semana en la que el gobierno municipal de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció su llamado "Plan A" por el cual se prohibirá a partir de 2025 la circulación por la ciudad de los vehículos más antiguos. Si bien es cierto que no deja de ser un brindis al sol -a saber si Carmena seguirá viva políticamente en 2025-, preocupa el hecho de que los políticos de este país sean incapaces de idear soluciones a los problemas que no van más allá de una simple prohibición.

El problema de la contaminación en Madrid es más que evidente, pero tal vez la solución pasa por transformar el parque automovilístico en uno más moderno y ecológico, dejando de lado las prohibiciones. Mientras Madrid se ahoga en su polución - y Barcelona sigue sus pasos- los gobernantes no son capaces de poner en marcha un nuevo Plan Movea que seguramente impulsaría definitivamente el cambio de coches viejos por modernos vehículos híbridos y eléctricos cuya contaminación es inexistente en muchos casos. Y ahora es cuando usted, querido lector, se preguntará qué tiene eso que ver con Mallorca. Pues bien, ¿le suena eso de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar...?