Consciente del gran éxito que tuvo la versión de techo rígido del anterior MX-5, Mazda no ha dudado en repetir esta fórmula en la última generación del incombustible roadster, pero con el añadido de ofrecer en esta ocasión una carrocería tipo targa, es decir, que sólo se retira el techo que hay sobre nuestras cabezas manteniendo además del parabrisas y los pilares A, la sección posterior

Además de otorgarle un aspecto muy atractivo „aunque esto es cuestión de gustos„, este tipo de carrocería tiene notables ventajas en cuestión de seguridad y confort. Al no retirarse la sección trasera se cuenta con un robusto arco de seguridad, y además ésta se ajusta perfectamente al techo duro que se escamotea tras los asientos para disfrutar de una carrocería igual a la de un modelo coupé, con los consiguientes beneficios tanto de insonorización como de aislamiento térmico.

Otro aspecto positivo del RF es que cuenta con un sistema automático de plegado y desplegado del techo, en comparación con el Soft Top. Con el accionamiento de un simple botón, se retira el techo en un tiempo récord de 13 segundos y se puede realiza incluso con el coche en marcha siempre que sea por debajo de los 10 kilómetros por hora. Las secciones delantera y central de la capota, junto con la luneta trasera, quedan ocultas detrás de los asientos, mientras los pilares traseros del techo targa vuelven a su posición exterior una vez acaba la operación.

Todo este sistema tan sólo eleva 45 kilos el peso del coche y reduce sólo 3 litros la capacidad del maletero (127 l.). Tampoco modifica las medidas básicas, por lo que el RF puede seguir ofreciendo el inigualable dinamismo del MX-5 original.

igual de preciso

Hemos de reconocer que íbamos a la presentación del RF con miedo de que la nueva carrocería pudiera perjudicar el Jinba Ittai „conexión hombre-máquina„ que sólo es capaz de ofrecer el MX-5. Pero tras probarlo hemos de admitir que el comportamiento del nuevo roadster es como mínimo tan buena como la del modelo original, gracias al minucioso trabajo para adaptar la suspensión, los frenos y la dirección al nuevo peso del vehículo.

La oferta de motores no ha variado, por lo que se puede montar en el RF los dos propulsores atmosféricos de cuatro cilindros que ofrecía el Soft Top: un 1.5 Skyactiv-G de 131 cv y un 2.0 Skyactiv-G de 160 cv. La única diferencia entre ambas versiones es que sólo en la de techo rígido se puede equipar un cambio automático de seis relaciones con embrague de tipo convertidor de par.

Este mecanismo tiene un comportamiento más que correcto, gracias a unos cambios tan suaves como rápidos entre relaciones, ya sea en modo de uso totalmente automático o a través de las levas que se sitúan en el volante. Además, este sistema tiene la ventaja de ofrecer un control de bloqueo a partir de la segunda marcha y también un control de deslizamiento a partir de la tercera, lo que ayuda a reducir los consumos cuando se circula por carretera.

El único problema de este cambio automático es que rivaliza con uno de los mejores cambios manuales que hemos probado: directo, de cortos recorridos y con una dureza y tacto deportivo. Apurar las marchas con este sistema es una auténtica gozada, ya que estamos también ante uno de los coches que más y mejor estiran sus marchas. El MX-5, en ambas versiones y con todos sus motores, entrega potencia hasta que llega al corte de vueltas, allá por las 7.500 rpm.

A la oferta de motores se añade la posibilidad fe escoger entre cuatro niveles de equipamiento: Style, Style+, Luxury y Luxury Pack Sport. Desde la opción más ´básica´ ya se disfruta de un amplio abanico de sistemas de vanguardia en los apartados de seguridad, infoentretenimiento y conectividad, si bien en las versiones más exclusivas incluyen desde un sistema de sonido Bose con nueve altavoces (algunos integrados en los reposacabezas de los asientos), hasta asientos Recaro en la opción más deportiva.

La versión de acceso a la gama RF es la 1.5 Skyactiv-G de 131 cv con cambio manual y acabado Style, que con todos los descuentos (campaña de 2.000 euros y 591 de financiación) se queda en tan sólo 24.909 euros. Mientras que la más exclusiva (2.0 Skyactiv-G Luxury Pack Sport Twin Tone) se eleva hasta los 31.209 euros. En cualquier caso, el coste del RF respecto al MX-5 de capota de lona es 2.500 euros.