Desde hace varios días el Rainbow Warrior, el mítico barco de Greenpeace que ha luchado por el medio ambiente en todos los mares del planeta, se encuentra en las instalaciones que STP Shipyard tiene en Palma para realizar diversas reparaciones así como trabajos de mantenimiento.

No es la primera vez que este buque recala en estas instalaciones de Palma. El capitán del emblema náutico de la ecología, Hettie Greenen, afirmó al llegar que "en la última visita vimos que STP era un buen lugar donde reparar aparejos. Hay buen espacio, podemos trabajar cómodamente y hay muchos talleres y empresas para elegir".

El Rainbow Warrior cuenta con una tripulación de 16 personas de otras tantas nacionalidades distintas y que son las encargadas de realizar las tareas de reparación y mantenimiento en el día a día, aunque en época de campaña la tripulación se duplica hasta llegar a las 32 personas.

Una de las más curiosas peculiaridades de este navío, el tercero en llevar el nombre de Rainbow Warrior, es su diseño. El buque, que se impulsa principalmente con propulsión eólica, tiene unos mástiles diseñados para aprovechar al máximo la fuerza del viento. Con 55 metros de altura y un diseño en forma de A, estos mástiles son capaces de albergar casi 1.300 m2 de velamen, algo que sería imposible con un mástil convencional de ese mismo tamaño.

La próxima campaña del Rainbow Warrior se centrará en promover la energía sostenible, lo que le llevará a Líbano, Turquía, Italia, Túnez y Marruecos, lugar este último en el que se celebrará la cumbre climática COP22 entre el 7 y el 18 de noviembre.