La carrera más dura, famosa y espectacular del calendario de competición sobre cuatro ruedas finalizará hoy tras 24 intensas horas de carreras en la mítica prueba francesa de Le Mans.

De nuevo todo apunta a que será uno de los grandes equipos que están compitiendo en el circuito de Le Sarthe quien se hará con la victoria. Con Porsche y sus incontestables 911 RSR híbridos a la cabeza, escuadras como Audi, Ford, Toyota, Aston Martin o Nissan apuntan a conseguir la victoria en cada una de las diferentes categorías que se disputan en esta prueba de resistencia.

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Pero Le Mans es algo más que una competición de los más avanzados y rápidos coches del mundo. Pilotos, ingenieros y fabricantes compiten contra sí mismos en una prueba en la que la sorpresa puede saltar en cualquier momento. Equipos privados, con presupuestos mucho más bajos que los de los grandes fabricantes, pueden en cualquier momento hacer sonar la campana y, aunque la victoria es inalcanzable, el podio sí está a tiro de piedra. Ese es el caso del Rebellion Racing, un equipo anglo-suizo -corren con bandera suiza y coches británicos- que ha obtenido grandes resultados en las pruebas previas de resistencia. Y es que Le Mans es algo distinto, y quien sabe si no habrá un outsider en el podio.