Los formatos mini y los productos multiuso ocupan poco espacio en la maleta, se pueden subir a bordo para sobrellevar mejor un largo viaje de avión y solucionan más de un poblema. Hay que pensar en el destino y las actividades que se van a realizar. La imprescindible protección solar, por ejemplo, suele ser más cara y difícil de encontrar en algunos países (en otros, como Estados Unidos las fórmulas no están tan avanzadas como las que se permiten en Europa) por lo que llevarla en la maleta ahorra tiempo y dinero.

En el avión

En el aviónAntes de embarcar hay que planificar qué líquidos se subirá a cabina para pasar los controles sin problemas. Cremas, pasta de dientes, desodorantes o perfumes. Los envases han de ser de 100 ml como máximo y todos han de caber en la bolsa de plástico transparente de 20x20 cm que facilitan los aeropuertos.

En cabina

En cabinaLa deshidratación y la falta de movilidad que acaba provocando hinchazón y molestias en los pies y las piernas son dos frentes que combatir. El aire en cabina tiene un nivel de humedad muy bajo (menos del 20%) por lo que la piel enseguida se nota tirante y con las arrugas más visibles. Ayuda beber agua o infusiones y tener a mano un spray de agua termal, una hidratante y un bálsamo labial (o un producto multiusos). En un vuelo largo se agradece una mascarilla nocturna. Si ocupa un asiento de ventanilla aplíquese un protector solar de textura ligera porque los rayos UVA que se cuelan a través del plexiglás son más fuertes y nocivos en altura (y use crema también en el coche).

Hay que moverse

Hay que moverseHay quien hasta practica yoga en el avión pero hay ejercicios más sencillos y prácticos para activar la circulación sanguínea y aliviar la rigidez de los músculos. Rotar el cuello en círculos, colocar una mano en la frente, haciendo presión al tiempo que se hace el intento de mover la cabeza hacia delante, o hacer movimientos circulares con los hombros es eficaz, igual que rotar los tobillos, levantando los pies del suelo y haciendo círculos en el sentido de las agujas del reloj con un pie y en el sentido contrario con el otro. Para estirar las piernas, si es complicado andar por el pasillo, apoye los dedos de los pies en el suelo y eleve los talones. Un gel refrescante para las piernas, aplicado con un masaje subiendo desde los tobillos, las descongestiona. Y estirar los brazos por encima de la cabeza, desentumece.Aterrizar con buena cara

Aterrizar con buena caraAplicar un contorno de ojos iluminador que disimule las ojeras y una base de maquillaje hidratante de acabado natural o un sutil toque de polvos de sol poco antes de aterrizar hace milagros. Un brillo de labios, un poco de colorete rosa y máscara de pestañas acaban de disimular el cansancio y animan el rostro.

Minimizar el jet lag

Minimizar el jet lagSe puede recurrir a la melatonina y a hábitos que funcionan, como adecuar el reloj biológico unos días antes de viajar (acostándose y levantándose una o dos horas más temprano si se viaja al este, o más tarde si el destino es el oeste) y poner la hora del destino en el reloj al subir al avión. Al llegar hay que dormir según el horario local.

En barco

En barcoEl kit de supervivencia cuando se pasa un buen rato en cubierta pasa por la protección solar, las pastillas o roll-on para prevenir el mareo y un arsenal de hidratación, cuerpo y pelo incluidos. Los productos de fijación y antiencrespamiento se hacen imprescindibles para mantener el peinado y quizás la mejor opción es optar por recogidos informales. Si se va de crucero, se aconseja controlar los excesos en el bufet, visitar el gimnasio y el spa y participar en las actividades físicas que proponen a bordo.