Mantener una dieta cuando no se puede llevar comida casera al trabajo resulta complicado. Tirar todos los días de menú en un bar o restaurante no significa necesariamente tener que aparcar el régimen. A continuación te damos una serie de trucos para comer bien fuera de casa, sin excederte de calorías y sin remordimientos.

1- Vigila siempre lo que pides. Para un primer plato elige ensaladas, cremas de verduras, arroz blanco, gazpachos o verduras a la plancha. Y de segundo, carne o pescado a la plancha o al horno, que se cocinan con muy pocas grasas.

2- Evita el pan. Es normal picotear algo de pan mientras esperamos que nos traigan la comida. Además, en algunos restaurantes lo acompañan de mantequilla o aceite de oliva, lo que se convierte en una tentación difícil de obviar. Lo de que el pan engorda es un mito, sí, pero aporta unas calorías innecesarias si estás a dieta. En cualquier caso, el pan no está prohibido en los regímenes, pero hay que consumirlo con mucha moderación.

3- Ojo con las salsas. Casi todas están hechas a base de nata o mayonesa y contienen gran cantidad de grasas y azúcares. Para aliñar las ensaladas, opta por una tradicional vinagreta o por un buen aceite de oliva, limón y sal, pero sin abusar.

4- Bebe agua. No hay bebida más sana. Tiene cero calorías y ayuda a saciar el apetito (llena el estómago y evita que nos pasemos comiendo). Elige agua del tiempo y recuerda pedir que no te echen hielos.

5- Olvídate del postre. Sustitúyelo por una infusión o un té. También puedes pedir un yogur desnatado o una fruta que tenga pocos azúcares, como una manzana, una pera o frutos rojos.

6- Guarniciones verdes. Para acompañar carnes y pescados, mejor unas verduras que patatas fritas, que son una bomba de calorías.

7- Entrantes controlados. No están prohibidos, pero apuesta por aquellos que se consumen crudos o cocinados con poca grasa, como jamón serrano o ibérico, o incluso unos calamares a la plancha.

8- Nada de empanados ni gratinados. Un filete empanado, verduras en tempura o unos canelones son verdaderas delicias. Estos productos echan por tierra una dieta por su exceso de calorías. Tampoco se pueden comer fritos como nuggets, croquetas o San Jacobos.

9- Raciones más pequeñas. Algunos restaurantes tienen la opción de solicitar raciones más pequeñas. De esta forma no tendrás que dejar comida en el plato.

10- Una copa de vino, pero con cuidado. Las propiedades saludables del vino están más que confirmadas. No obstante, no se debe mezclar la comida con el alcohol en las dietas porque, además de calorías, impide la quema de grasas. Por una copita de vino no pasa nada, pero procura que sea un caldo seco (contienen menos azúcares).