¿Alguna vez has sentido que te falta energía? ¿Te cuesta salir de la cama y tienes la sensación de que el agotamiento sólo empieza a desaparecer después de tomar un café doble, y va desvaneciéndose gradualmente a medida que avanza el día? Sentirse débil y aletargado es algo de lo que muchos se quejan estos días.

Sin embargo, es mucho más fácil de resolver de lo que creemos gracias a sencillos cambios en nuestros hábitos que pueden transformar los niveles de energía. En tan sólo una semana puedes ver cómo tu vida cambia, tal y como apunta Jacqueline Newson, experta nutricionista de Abundance & Health. Así que, si estás decidido a recuperar tu propio "levántate y anda", empieza ya a poner en marcha estos cinco sencillos pasos que nos recomienda Altrient...

1. ¡Duerme, duerme y duerme más!

Una noche de buen sueño es muy importante para mantener los niveles de energía. Esto puede parecer obvio, pero muchas personas tienen grandes dificultades para dormir. Para fomentar un sueño reparador, se recomienda evitar hacer ejercicio demasiado tarde. Mantenerse alejado de los productos con cafeína, como el té, el café y el alcohol, especialmente por la noche. Estos actúan como estimulantes y pueden mantenerte despierto durante horas.

Asegúrate de tener cortinas adecuadas que impidan el paso de la luz. Evita cualquier cosa que pueda mantener tu mente ocupada como leer, ver la televisión o trabajar con el ordenador. Un baño relajante con agua tibia antes de acostarse realmente ayuda a preparar el cuerpo para el sueño.

2. Equilibra tu azúcar en sangre

Tener el nivel de azúcar en sangre equilibrado durante todo el día puede generar un enorme impacto para equilibrar tus niveles de energía y prevenir depresiones. Para evitar los altibajos, asegúrate consumir proteínas en cada comida, tan solo bastan unos frutos secos con una pieza de fruta como merienda. Incluye carbohidratos complejos como la avena, el pan integral y pasta, frutas, verduras y legumbres. Estos proporcionan al cuerpo una fuente perfecta de energía que se libera lentamente en sangre. Esto mantiene un suministro constante de nutrientes, evitando las recaídas repentinas que nos llevan al picoteo como solución rápida. En este sentido, se deben evitar los alimentos azucarados y altamente procesados, ya que aunque pueden elevar de forma instantánea la energía, ésta es de corta duración y dará lugar a caídas repentinas de los niveles de azúcar en sangre, causando fatiga e irritación.

3. Aumenta los nutrientes energéticos

El cuerpo necesita una amplia variedad de vitaminas y minerales para convertir los alimentos en energía. Las vitaminas del grupo B, en particular, son fundamentales para la producción de energía y muchas personas tienen dietas pobres en estas vitaminas esenciales. Tomar un complejo de vitamina B es una forma sencilla de garantizar un suministro adecuado. Encontrar un suplemento que proporcione vitaminas del grupo B y que sean altamente biodisponibles es crucial para que el cuerpo mantenga sus niveles de energía.

Otro nutriente de particular importancia es la vitamina C. Varias investigaciones han identificado que la vitamina C es esencial para la síntesis de la carnitina, que desempeña un papel clave en el transporte de ácidos grasos a las células para su uso en la producción de energía. Sin la vitamina C como parte de la ecuación, los niveles de energía se verían seriamente comprometidos. El hierro también es necesario para mantener los niveles adecuados de energía, ya que ayuda a transportar oxígeno a las células. Hay varios factores dietéticos que pueden afectar a la absorción de hierro incluyendo una baja acidez de los jugos gástricos estomacales.

Los fitatos que se encuentran en el salvado de trigo o la soja, los oxilatos contenidos en las espinacas y los taninos que se encuentran en el té. La vitamina C, sin embargo, ayuda a aumentar la absorción de hierro. ¡Bien vale la pena recordarlo!

Asegúrate de complementar tu dieta con una vitamina C que realmente se absorba bien, como Altrient C. Este suplemento liposomal de vitamina C es mucho más potente que otros métodos orales estándar de vitamina C debido a su fórmula de suministro único. Los liposomas son burbujas microscópicas que protegen la vitamina C de los jugos digestivos, se transportan de forma eficaz y directa a la corriente sanguínea evitando al mismo tiempo las barreras de absorción que normalmente limitan los niveles de vitamina C.

4. ¡Muévete!

Aunque la palabra "ejercicio" es para algunos un mal término, no se puede subrayar más lo beneficioso que es invertir 30 minutos al día en algo tan simple como caminar, montar en bicicleta o nadar, pues aportan grandes dosis de energía a tu vida... El ejercicio reduce el estrés, mejora la circulación, transporta oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo, levanta el estado de ánimo, mejora el sueño, protege los huesos y se trabajan los músculos. Te debes a ti mismo para esforzarte. Prueba a caminar media hora durante tu tiempo de almuerzo, o a hacer 30 minutos de ejercicio siguiendo un DVD por la mañana antes de desayunar y notarás la diferencia casi inmediatamente.

5. No olvides hidratarte

La deshidratación provoca somnolencia, confusión mental y fatiga. Es importante beber mucho líquido durante todo el día. El agua es ideal, pero el té y el café también ayudan a aumentar la ingesta de líquidos, sólo recuerda: el exceso de cafeína no es ideal para conciliar bien el sueño por la noche. Las frutas y verduras también contienen gran cantidad de agua, por no hablar del aporte de energía que elevan los nutrientes, por lo se recomienda tomar entre 5 y 10 porciones al día.

¡Fíjate este reto de 5 pasos, haz una nota en tu agenda y te sorprenderás de lo bien que te sientes después de sólo una semana!