Son una de las citas imprescindibles del verano desde los años sesenta. Los festivales de música se han convertido en una de las citas obligadas de las "it girls" y de los "it boys" desde finales de los 60.

La camiseta es la prenda más básica, pero la más eficaz. La clave: cortas. Los crop topscrop top continúan como uno de los must de la temporada estival. Lo mejor, combinarlas con pantalones de talle alto o faldas sin enseñar demasiada barriga. Otra opción para las que quieran tapar más: camisetas large con mensajes pacifistas o de banda de rock, palabras que no pasan de moda o imágenes californianas.

Respecto a los vestidos pueden ser vaporosos, en tonos empolvados y con tejidos naturales, que no se peguen al cuerpo. Las faldas pueden ser tableadas, con un ligero toque evasé retro, largo midi y con estampados naif o "tie dye", el psicodélico estampado de los 70.

Los shorts son una de las opciones más recurridas y de las más acertadas. Combinados con camisetas, con sudaderas veraniegas o en formato mono, son una apuesta segura. Cuidado con el largo del short y con el calzado. Es lo que marca el error o el acierto del look.

El sombrero es uno de los imprescindibles en los looks de este verano. De ala ancha, más grande que pequeño y en colores oscuros o de paja -solo en el caso de que la cita sea cerca del mar-.

Con las gafas, los cristales de colores son la clave. Para la montura: o de pasta en carey, con dos lentes redondas tipo John Lennon, o las clásicas Ray-Ban Aviator en su versión plegable y con cristal tornasolado en azul o espejo.

La corona es el otro complemento por excelencia para este verano. Hasta las firmas de fast fashion se han rendido ante ella. En un solo tono, con mezclas explosivas, lineal en cuanto a tamaño o con juego de volúmenes. Todo vale. Con ella el ansiado look boiho chic estará casi conseguido.

Para el cuello, las gargantillas finas de oro con flechas, círculos, triángulos o palabras aportan el toque dulce, delicado y romántico a un look sport. Siguen en auge los que contienen el nombre, esos que puso tan de moda Carrie Bradshow.

Las botas botasson las mejores compañeros de los festivales. Para las zonas menos calurosas: las tipo Dr. Martens, cowboy o pirata, o las de tacón ancho, customizadas con tiras de pompones o hebillas. Para los sitios más calurosos: un botín indio de piel, con flecos o con un elástico a un lado, será como una segunda piel para saltar y moverse con facilidad. Para las que no quieren plano: las sandalias tipo birkenstock, con una suela de plataforma que eleva el cuerpo unos centímetros del suelo.

El bolso debe ser pequeño. Si entra el móvil, el monedero y la barra de labios, es el ideal. Otra opción son los bolsos con flecos. El culto a los indios americanos viene pegando fuerte.

Las pulseras, combinando diferentes tamaños y colores, son el complemento ideal para aportar colorido y resaltar el toque hippy. Si se pueden conjuntar con un reloj vintage, mejor que mejor.

Evolución de la moda en los festivales

Los vestidos evasé floreados, las camisetas tie dye, el estampado psicodélico que arrasó en los setenta, las gafas redondas a lo John Lennon, los tops con flecos, las coronas de flores? En definitiva, la esencia groupie de lo que sería el rock de los setenta se paseó durante tres días por el campo de la enorme granja que acogió la cita. Desde ese momento se creó un antes y un después. Música y moda se convirtieron en un dúo inseparable.

Llegaron los ochenta y con ellos, la revolución. Las hombreras, las medias de red, los crop tops, los shorts superpuestos, las cazadoras y los chalecos vaqueros, las tachuelas, los parches, los cardados, las prendas de cuero, los maxicinturones y las sombras de ojos en degradé.

En los noventa se fusionaron los estilos. El grunge, el look surfer californiano y las reminiscencias de los ochenta crearon un cóctel molotov dentro del mundo fashion. Estampados floreados, camisetas fosforitas, vestidos ajustados, vaqueros por encima del ombligo con camisas de estampados imposibles remetidas, plataformas, zapatillas con cámara de aire, bambas con cordones, shorts XS combinados con tops reducidos y estampados tipo Mickey Mouse se combinaban con camisas de cuadros atadas a la cintura, las cruces en collares y orejas, los jerseys y las camisetas XXL, heredadas del grunge. Los festivales de techno hacen su aparición y llenan las prendas de estampados psicodélicos, tejidos vinílicos metalizados y los complementos plasticosos.

Hablar de 2000 es hablar del Coachella. El festival californiano se ha convertido en el lugar de reunión de todos los personajes que mandan en el street style.